
Enfermedades Autoinmunes. ¿Y el hígado?
Y es que nuestro organismo se confunde.
- Escrito por Dra. Fernanda García Alvarado
- Categoría: Auto-inmunidad
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En que se relacionan con el Hígado?
Las “enfermedades autoinmunes sistémicas” (EAS) conforman un amplio grupo de entidades de variada expresión clínica y que pueden afectar a cualquier órgano. En general son “poco frecuentes” y suelen afectar a la “población joven”.
La etiología no se conoce pero se cree que un “agente ambiental” puede alterar el sistema inmune, el cual no reconoce los antígenos como propios y los ataca en individuos “genéticamente predispuestos”.
A partir de entonces la describen otros autores con el nombre de hepatopatía crónica en mujeres jóvenes. En 1992, el Grupo Internacional para el estudio de esta enfermedad recomendó el nombre de hepatitis autoinmune, el cual es aceptado universalmente en los momentos actuales.
El Dr. Mark Hyman nos dice que estamos frente a una epidemia de alergia (60 millones de personas aproximadamente), asma (30 millones de personas), y de trastornos autoinmunes (24 millones de personas). Las enfermedades autoinmunes incluyen artritis reumatoide, lupus, esclerosis múltiple, psoriasis, enfermedad celíaca, enfermedad de la tiroides, hepatitis autoinmune, cirrosis biliar primaria, colangitis esclerosante primaria, sindrome de sobreposición y los muchos otros síndromes difíciles de clasificar en el siglo 21.
Las enfermedades autoinmunes están conectados por uno proceso bioquímico central: una respuesta inflamatoria fuera de control que ocasiona un ataque absurdo a sus propios tejidos, por ejemplo el hígado.
La hepatitis crónica (HC) es una lesión necroinflamatoria difusa del hígado, de diferentes etiologías en las cuales se incluyen la infección viral crónica, fenómenos auto-inmunes, drogas y en algunos casos no se logra identificar, quedando como hepatitis crónica criptogénica.
El concepto de cronicidad es clínico y se basa en la duración de la alteración funcional, que debe persistir a lo menos durante 6 meses y puede en algunos casos progresar a un daño mayor, la cirrosis hepática. Así lo explica la Dra. Claros y colaboradores de un hospital materno-infantil en Bolivia.
Dentro de las diferentes funciones hepáticas destaca la homeostasis inmunológica. El hígado es un órgano que favorece la inducción de la tolerancia periférica. Los hepatocitos están comprometidos con la función de limpieza de antígenos externos y toxinas absorbidas desde el tracto gastrointestinal. Estos antígenos no son ignorados por el sistema inmune, sino que se inducen tolerancia periférica hacia dicho antígeno.
En pacientes con enfermedades autoinmunes sistémicas (EAS) es frecuente apreciar una disregulación de estos mecanismos de defensa, lo cual sumado al uso de medicamentos hepatotóxicos e inmunosupresores determina una respuesta anormal del hígado frente a las previamente expuestas y el consiguiente daño hepatocelular.
Una entidad cada vez más común
La hepatitis autoinmune es una enfermedad crónica progresiva no común del hígado, caracterizada por elevación de la gamma-globulinas, autoanticuerpos y hepatitis de interface al estudiar el tejido bajo el microscopio.
Tradicionalmente, se piensa que esta enfermedad es exclusiva de mujeres jóvenes; sin embargo, estudios recientes muestran que probablemente sea en realidad una enfermedad predominante de mujeres de más edad.
Una Enfermedad Autoinmune a Considerar
La cirrosis biliar primaria es una enfermedad autoinmune específica de órgano y de etiología desconocida. El 90 % de los casos son mujeres entre los 35 y 60 años de edad, de cualquier raza y clase social. Se caracteriza por la inflamación y progresiva destrucción de los conductos biliares intrahepáticos dando lugar a un cuadro de colestasis crónica y finalmente cirrosis hepática. Se asocia frecuentemente a otras patologías de carácter autoinmune, como el síndrome de Sjogren, la tiroiditis o la esclerodermia.
Una práctica común que hay que tener en cuenta
En el lenguaje común, "hierba" es también cualquier planta que posee valor culinario o medicinal, con ignorancia de su carácter herbáceo o arbóreo, cuando la parte de la planta que se usa son las hojas o tallos tiernos. Por el contrario, las especias son las semillas, bayas, cortezas, raíces y otras partes de la planta.