DECÁLOGO ANTI-COVID-19
En un mundo singular que vive una inesperada y a la vez prolongada pandemia, en pleno siglo XXI, es fundamental revisar y aprender de la experiencia de las previas.
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En un mundo singular que vive una inesperada y a la vez prolongada pandemia, en pleno siglo XXI, es fundamental revisar y aprender de la experiencia de las previas.
Cuidarnos habla de amor, primero a uno mismo y luego por añadidura a los demás. Me cuido por que me quiero y porque he comprendido que a través de ese autocuidado estaré en mejores condiciones de proteger a los demás. Automaticamente surge la idea de activar el espiritu del sacrificio, es decir me sacrifico porque te quiero y no me importante morir si al hacerlo te salvo a tí. Pero eso solo funciona como texto de novela romántica trágica porque el fin verdadero es que todos seamos salvados y cobijados ante ese generoso amor. Por eso, mejor entérate de algunos TIPS práctivos para cuidar tu salud.
Mientras que la obesidad crece de manera sostenida, un grupo enorme de personas, sin saberlo, pueden estar desarrollando una transformación silenciosa de su hígado a algo llamada hígado graso o esteatosis hepática.
Imagino a Álvaro de pequeño, con la sonrisa en sus labios y sus brillosos ojos de aventurero, feliz por encontrar un nuevo objeto para su excéntrica colección de bichos raros. Así me sentí al descubrir que los grandes momentos están hechos de pequeños logros. Por ejemplo, aprender a cuidar a otro con cirrosis o a cuidarse a sí mismo requiere redaños. La tarea no es fácil pero tampoco imposible. Nadie ha dicho que lo difícil es cosa simple y para ello me remonto a narrar un día en la vida adulta de nuestro mismo Álvaro, que demuestra que con determinación y coraje (es decir, con redaños) podemos afrontar los momentos difíciles.
La historia de Magdalena Rossi es un ejemplo de desapegos. Mujer de 57 años, profesora jubilada, viviendo ya el tercer mes de encierro.
Mi buen amigo Prudencio, me comentó un día “… mi casa es mi espacio, mi morada, mi refugio…” Por muchos motivos, nuestra casa resulta muy querida y poco a poco aprendemos a cuidarla. Las casas de los diversos seres humanos se parecen, ya sea la casa de un habitante de Noruega, de Colombia o de Toronto. Todas tienen al menos una puerta de entrada, un vestíbulo, una sala, un comedor, una cocina, baño y al menos un cuarto-recámara. Podrán variar en distribución o tamaño, pero todas se parecen e incluso seguramente se parece a la tuya.
Los médicos adquirimos compromisos con los pacientes y desde luego con algunos más que otros. Yo guardo un profundo agradecimiento por la capacitación que he recibido en mi país. Una buena parte de lo que he aprendido se lo debo a mis pacientes, desde que era estudiante en la Facutad de Medicina de la UNAM y en todo el tiempo que pase en mis pràcticas comunitarias, centros de salud, maternidades, hospitales y tres de sus Institutos Nacionales (Pediatrìa, Cancerologìa y Nutrición).
He dejado andar mi pensamiento por los bulliciosos pasillos de los consultorios y me he percatado que existen diversos tipos de pacientes e igual diversidad de curanderos. Algunos pacientes representan lo más común de la jornada (por ejemplo) gripes, gastritis y exantemas. Sin embargo, son los más buscados por los médicos jóvenes que aspiran a iniciar sus primeros pasos en esto que llamamos el arte de curar a los enfermos y que debería llamarse “el arte de cuidar la salud de las personas”.
Cuando la naturaleza explota en tremenda tormenta, además de la lluvia, rayos y relámpagos, también se activan otras desgracias. Por ejemplo, inundaciones, deslaves, destrucción, muerte. Por ello, las diversas especies han aprendido a protegerse, las más evolucionadas más que las otras. Ante la adversidad, reaccionamos con cualquiera de las 3 Fs, que se escriben con palabras en inglés: Figth, Freeze or Fly (pelear, paralizarse-congelarse o volar).
A pesar de que la mayor parte de la atención clínica dedicada a un paciente se realiza en la consulta externa, se ha dado un énfasis desmedido en la protección del paciente durante una hospitalización. A continuación, se presentan algunos ejemplos de protección a un paciente durante un internamiento hospitalario y la lentitud y descuido en la atención en la consulta externa. Por ello, les presento el caso de María Medrano, quien acude a una cirugía por dolor abdominal intenso localizado en la parte superior derecha del abdomen, justo debajo del hígado.