Y para tí, ¿cuál es tu mejor talento?

 Todos los seres humanos poseemos talentos. Algunos se manifiestan desde temprano —la música, el lenguaje, la creatividad, la capacidad de resolver problemas—, mientras que otros emergen cuando la vida nos reta. Los talentos pueden clasificarse de muchas maneras, pero suelen agruparse en:

• Talentos cognitivos: pensamiento crítico, aprendizaje, memoria, organización.
• Talentos emocionales: empatía, resiliencia, comunicación afectiva.
• Talentos sociales: liderazgo, colaboración, mediación.
• Talentos creativos o expresivos: danza, música, escritura, escultura, innovación artesanal o de alta tecnología.
• Talentos prácticos: disciplina, constancia, humanismo.

Más allá de la clasificación, un talento es una capacidad que se desarrolla con intención, un músculo interno que crece cuando se ejercita. No es un privilegio de pocos, sino un patrimonio humano universal. Por ello me encanta la analogía con un músculo que hay que desarrollar, entrenar para que logre estar a la altura de los retos de la vida.

Pues, les cuento que uno de los retos de la vida, de mi propia existencia y la de muchos de mis pacientes, es seguir disfrutando de esto que llamamos vida y que nos permite seguir conviviendo con nuestros seres queridos y alcanzar nuestras metas personales por sencillas o complicadas como parezcan (una carrera universitaria, un proyecto para curar una enfermedad o un lindo viaje a Japón).

Y por eso, para seguir viviendo, se me ocurrió que podría ser necesario tener un talento especial, para cuidarse bien y vivir lo mejor posible. Sin duda los médicos lo notamos más en algunos pacientes que en otros. A unos se les da muy bien cuidarse. No digo que sea fácil. Requiere motivación, un grande empeño, dedicación, continuidad.

La propuesta de la Dra. Lourdes Tomás Rubio

Esta joven médico española propone una idea poderosa que destaca por su originalidad: la salud es también un talento. No solo un estado biológico, sino una competencia personal que se entrena con hábitos, decisiones y disciplina. Así como alguien cultiva la música o el liderazgo, cada persona puede cultivar la capacidad de cuidarse, conocerse y sostener su bienestar. Considerar la salud como un talento cambia nuestra relación con ella: deja de ser algo que “se pierde” o “se tiene por suerte”, y se convierte en algo que se construye. Implica reconocer que nuestra vida diaria —lo que comemos, cómo dormimos, cómo manejamos el estrés, nuestras emociones y nuestra actividad física— son espacios donde ejercitamos ese talento.

Un talento orientado a la salud es relevante porque empodera al paciente, lo convierte en protagonista de su proceso y no solo en receptor de indicaciones médicas. Cuando la salud se vive como un talento, el cuidado deja de ser una obligación y se transforma en una forma de dignidad personal, de autonomía y de proyecto de vida.

¿Quién es la Dra. Lourdes Tomás Rubio?

Médico de familia por la Universidad de Navarra, especialista en salud cardiovascular, y luego contribuidora en programas de cooperación internacional en la India y en África. Recientemente ha colaborado con centros privados pioneros en medicina integrativa. Fundadora de la empresa social Médico Mentor, en la que combina su labor médica asistencial y de investigación con la implantación de programas de formación en salud y bienestar de colectivos en grandes empresas y en escuelas de negocio.

¿Cuáles son los mensajes de su nuevo libro?

En su libro, Tomás explica que la salud se sostiene sobre varios pilares: lo que comemos, cómo nos movemos, cómo dormimos, cómo gestionamos el estrés y cómo nos relacionamos con los demás. Ningún médico puede sustituir esos pilares; podemos orientar, acompañar y advertir, pero la construcción es siempre personal. Lo novedoso —y poderoso— de esta visión, según la autora es que el esfuerzo es parte del tratamiento. No un esfuerzo heroico, sino un esfuerzo amable: elegir agua en lugar de refresco, caminar 20 minutos, apagar una pantalla a tiempo, respirar profundo cuando todo aprieta. La suma de estas decisiones cotidianas es la medicina más eficaz que existe.

La Dra. Tomás insiste: la salud no se delega. Y no por falta de voluntad médica, sino porque la verdadera curación nace de dentro. Cuando el paciente toma conciencia de su responsabilidad, deja de ser espectador y se convierte en protagonista de su bienestar.
No buscamos perfección, sino constancia. No buscamos sacrificio, sino coherencia. La salud es un tema personal: cada quien con su salud. La invitación es simple: haga de su salud una prioridad cotidiana, no un tema urgente como cuando algo duele.

 

Reflexiones sobre el mensaje del libro:

Si imaginamos a la salud como un talento, deberíamos evitar conclusiones simples que acuden a la mente de pacientes hipotéticos o reales, tal vez roles que nosotros mismos hemos adoptado en algún momento.

“Tengo salud por buena suerte”.
“Tengo salud por los buenos genes de mi querida y maravillosa abuela”

“Tengo salud por obra de magia”.
“Ya no tengo salud, porque me enviaron una maldición”.
“Ya no tengo salud, porque en algún momento (que desconozco) la perdí”.

Tal vez otra conclusión más madura sería: 

“Tengo salud porque la he ido construyendo, con mi esfuerzo, poco a poco”.

Ejemplos benéficos de cultivar un talento, sobre la salud:

Existen claros ejemplos de práctica y fortalecimiento de talentos y mejoría en la salud, publicados en la literatura científica, que describo a continuación:

Ejemplo 1: Ocio y bienestar psicológico (estudio longitudinal grande).

Un estudio en 93,263 adultos mayores de 16 países encontró que tener y practicar un hobby (pasatiempo comprometido) se asocia con menos síntomas depresivos, mayor felicidad, mejor salud autorreportada y mayor sentido de vida valiosa. Además, los hobbies se consideran “blancos terapéuticos modificables” para promover salud pública, porque son actividades accesibles que la persona puede elegir y cultivar.

 

En Estados Unidos, con datos del Health and Retirement Study (en español, "estudio de salud y jubilación"), se siguió a adultos mayores y se vio que participar semanalmente en actividades como pasatiempos físicos, cocinar/hornear o asistencia a clubes de baile o juego se asociaba con una reducción significativa del riesgo de depresión dos años después. De acuerdo a los autores de esta modalidad de talento, conviene destacar que muchas de esas actividades implican: “desarrollar y mantener una habilidad: abrir espacios de forma organizada, alcanzar la coordinación física y mental requerida, activar la interacción social”. Es decir, no solo “matar el tiempo”, sino construir un talento práctico.

Ejemplo 2: Cómo las actividades de talento impactan la salud.

Una revisión publicada en la prestigiosa revista The Lancet Psychiatry sintetiza más de 600 posibles mecanismos por los cuales las actividades de ocio (pasatiempos, arte, voluntariado, deporte, grupos comunitarios) benefician la salud. Identifica procesos psicológicos, biológicos, sociales y conductuales:

• Mejor regulación emocional y resiliencia,
• sentido de identidad y propósito,
• reducción de estrés y mejor perfil cardiometabólico,
• mayor apoyo social,
• más conductas saludables y menos conductas nocivas.

En este segundo ejemplo, los resultados demuestran, justamente, que la práctica de un talento como “gimnasia mental integral” fortalece mente, cuerpo, vínculos y hábitos.

Ejemplo tres: Práctica musical como talento concreto.

Un estudio pancanadiense en 1,618 músicos (estudiantes, amateurs y profesionales) analizó la frecuencia de práctica musical y la relacionó con bienestar de acuerdo a un cuestionario validado (WHO-5), salud mental y apoyo social.

• Mayor frecuencia de práctica musical se asoció con mejor bienestar y mejor salud mental, especialmente en músicos amateurs, que suelen vivir la música como pasión y espacio de crecimiento personal.
• La práctica en grupo (ensambles, actividades compartidas) y la combinación con deporte y clubes sociales aumentó aún más los beneficios sobre bienestar y apoyo social.

Este ejemplo de estudio de investigación es casi un “ejemplo perfecto” de que la práctica sistemática de un talento (la música) se relaciona con mejor salud mental y mayor soporte social.

Ejemplo 4: Talentos artísticos y salud física / mortalidad.

Un análisis de seguimiento a 14 años en la cohorte denominada English Longitudinal Study of Ageing (en español, "estudio longitudinal de envejecimiento") mostró que las personas que se involucraban en actividades artísticas (teatro, conciertos, museos, etc.) tenían un riesgo menor de mortalidad por todas las causas. Otros trabajos sobre participación en artes activas y receptivas (practicar arte o consumir arte) han encontrado asociaciones con menor riesgo de muerte y mejores indicadores de salud general.
Aunque no todos se enfocan explícitamente en “talento”, la mayoría de estas actividades implican cultivar una capacidad (sensibilidad estética, apreciación cultural, memoria, habilidades sociales), es decir: un talento que se practica en el tiempo.

Ejemplo 5: Hobbies, talento y salud global.

Un trabajo reciente sobre “hobby engagement and all-cause and cause-specific mortality” (en español, “esparcimiento organizado y causas de mortalidad”) concluye que las personas con hobbies presentan mejor bienestar mental y menor riesgo de enfermedad cardiovascular, fragilidad y demencia, especialmente en adultos mayores, posicionando los hobbies como objetivos prometedores de promoción de la salud.

Entonces, considerando todas las evidencias anteriores, podríamos decir que practicar un talento de forma regular no es solo entretenimiento, sino una intervención de salud que puede desencadenar los siguientes beneficios:

• Reducir el riesgo de depresión,
• Mejorar el bienestar subjetivo,
• Asociarse a menor mortalidad y menor carga de enfermedad crónica, o
• Fortalecer redes de apoyo y sentido de propósito.

Consideremos que los cinco estudios previos hablan de “actividades de esparcimiento” donde se practica un talento de diversas categorías. Ahora, imaginemos la posibilidad de que la salud pueda vivirse como un talento que se entrena. Suena sencillamente maravilloso, ¿no crees?

Podríamos decir entonces que, el estado de salud se convierte en algo más grande, algo que se construye. Implica reconocer que nuestra vida diaria —lo que comemos, cómo dormimos, cómo manejamos el estrés, nuestras emociones y nuestra actividad física— son espacios donde ejercitamos ese talento. Qué tal construir y revisar una lista de cotejo de “Talentos de salud” para aquellos que deseen practicar, para desarrollar ese nuevo músculo del autocuidado.




En conclusión, aceptar un nuevo etiquetado de nuestra salud como un talento, cambia nuestra relación con ella, diametralmente, admirablemente. Entonces, un talento orientado a la salud es relevante porque nos transforma como pacientes, nos empodera, nos convierte en protagonistas del proceso del cuidado y no sólo en receptores de indicaciones médicas. Cuando la salud se vive como un talento, el cuidado deja de ser una obligación y se transforma en una forma de dignidad personal, de autonomía y de proyecto de vida.

Escrito por Dr. Jorge Luis Poo

Consultorio.jpoo@gmail.com

Troceando y Creando | Mexico City

 

Referencias:

1. Medina-Revelo, D. C., Medina-Revelo, M. T., & Medina-Revelo, R. G. (2024). Inteligencias múltiples y el desarrollo de habilidades socioemocionales en el currículo educativo. Revista Multidisciplinaria Perspectivas Investigativas, 4(Especial), 259–268.
2. Pagina web de la Dra. Tomás Rubio en la cual puede leerse su formación e inquietudes: https://lourdestomas.com/sobre-mi

Revisión general de mecanismos que relacionan talentos con salud (marco teórico de este ensayo):

3. Fancourt, D., Aughterson, H., Finn, S., Walker, E., & Steptoe, A. (2021). How leisure activities affect health: A narrative review and multi-level theoretical framework of mechanisms of action. The Lancet Psychiatry, 8(4), 329–339. https://doi.org/10.1016/S2215-0366(20)30384-9.
4. Mak, H. W., Noguchi, T., Bone, J. K., Wels, J., Gao, Q., Kondo, K., Saito, T., … & Fancourt, D. (2023). Hobby engagement and mental wellbeing among people aged 65 years and older in 16 countries. Nature Medicine, 29(9), 2233–2240.
5. Bone, J. K., Bu, F., Fluharty, M. E., Paul, E., Sonke, J. K., & Fancourt, D. (2022). Engagement in leisure activities and depression in older adults in the United States: Longitudinal evidence from the Health and Retirement Study. Social Science & Medicine, 294, 114703.
6. Barbeau, A.-K., Héroux, I., Ryan, G., & Thouin-Poppe, L.-É. (2024). The effects of musical practice on the well-being, mental health and social support of student, amateur, and professional musicians in Canada during the COVID-19 pandemic. Frontiers in Psychology, 15, 1386229.
7. Fancourt, D., & Steptoe, A. (2019). The art of life and death: 14-year follow-up analyses of associations between arts engagement and mortality in the English Longitudinal Study of Ageing. BMJ, 367, l6377.