EL ARTE DE LA MEMORIA
- Escrito por Dr. Jorge Luis Poo
- Publicado en Especialistas
A diferencia de la memoria de los pueblos, que podemos encontrarla en monumentos, cuadros o hermosos libros, la memoria de los seres humanos sola se guarda en selectos espacios del cerebro. Tal vez conviene agregar que también se guarda en el mundo virtual. De acuerdo con el nuevo realismo sugerido por el joven filósofo alemán Viktor Gabriel, existen muchos mundos y uno de ellos, completamente inmaterial, es el mundo virtual donde se guardan muchas memorias. Para la mayor parte de los seres vivos, algunas veces, no es posible recordar, o bien olvidar, todas las cosas. Es posible que tampoco sea necesario o conveniente.
En el ser humano, la memoria no se guarda fácilmente o en un solo sitio. La memoria más reciente o de corto plazo se guarda en la corteza prefrontal, arriba de los ojos. La memoria de largo plazo se guarda en el hipocampo, un espacio dentro de los lóbulos temporales, situados detrás de los ojos.
Los ganglios basales (situados entre los dos hemisferios, en la base del cerebro) deciden qué recuerdos debemos retener y cuáles descartar. Esto es para evitar sobresaturación de información y porque nuestra memoria es selectiva. Pero, no podemos borrar tan fácilmente en nuestro cerebro. Siempre se quedan recuerdos no tan buenos y recuerdos de plano malos y al evocarlos sentimos nuevamente emociones de gozo, de alegría o de miedo, angustia y de tristeza.
Uno de los temores grandes de algunos pacientes es padecer una enfermedad de la memoria. Algunos ejemplos son los siguientes:
- Enfermedad de Alzheimer.
- Demencia por cuerpos de Lewy.
- Demencia frontotemporal.
- Parálisis supranuclear progresiva.
- Hidrocefalia normotensiva.
- Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (la enfermedad de las vacas locas)
- Demencia por tumor cerebral
- Encefalopatía metabólica (sodio bajo o amonio elevado, por ejemplo)
En el caso de los pacientes con cirrosis puede presentarse la llamada Encefalopatía Hepática que incluye una mezcla de trastornos neurológicos y psiquiátricos que deben conocerse para no caer en la confusión de no diagnosticarlo a tiempo y confundirse con otros padecimientos. Dentro de los síntomas neurológicos destaca los siguientes:
- Diversos grados de pérdida de la memoria con olvido de nombres y fechas usualmente sencillas, pero también relevantes,
- Desorientación en espacio y en el tiempo (no ubicar si está en su casa o en el hospital o bien desubicarse en las fechas),
- Reducción de la capacidad de concentrarse o realizar operaciones matemáticas sencillas,
- Limitación para comprender textos o señales,
- Disminución de los reflejos,
- Trastornos del lenguaje (hablar lento e incoherente)
- Trastornos de la marcha (caídas frecuentes),
- Temblor en manos (con una variante que se llama temblor en aleteo o asterixis).
Dentro de los trastornos psiquiátricos destacan los siguientes síntomas:
- Alucinaciones visuales o auditivas,
- Agresividad,
- Trastorno del sueño,
- Ansiedad,
- Depresión,
- Comportamiento pueril o infantil,
- Descuido en el vestido o limpieza personal.
Es importante aclarar que estos síntomas usualmente se pueden controlar. En los pacientes con cirrosis, la memoria que a veces se borra, como por arte de magia vuelve a aparecer. Como si una nube espesa impidiera recordar, pero que pasa o puede borrarse con la terapéutica apropiada. Desde luego que a los pacientes que les ocurre estos deben tener el apoyo continuo de un cuidador, porque los síntomas pueden regresar.
Entonces surge una nueva necesidad, relacionada con la importancia de disponer de una red social. Y no me refiero a Facebook, Instagram o al TikTok; me refiero a una auténtica red de familia, amigos y profesionales de apoyo para evitar que el olvido se convierta en un motivo de descontrol de la estabilidad. Lograr una red así permite tener una coraza o escudo de protección contra el olvido que si lo dejamos todo lo borra.
Es por el olvido que muchos pacientes empeoran. Algunos tipos de olvido son los siguientes:
- Olvido de comer bien (con horario, con apego a la dieta prescrita por su Nutrióloga),Olvido de moverme (de hacer ejercicio mixto, aeróbico y anaeróbico, que permitan mejorar circulación, oxigenarme y fortalecer a mis músculos.
- Olvido de pensar y reflexionar (evitar las malas noticias, privilegiar los pensamientos optimistas, tomar decisiones uno mismo),
- Olvido de tomar medicamentos (los prescritos por un médico, a la hora y con la frecuencia indicadas).
Tristemente, sobre todo en el adulto mayor que no se vale por sí mismo, los hijos y amigos a veces olvidan la importancia del acompañamiento en cada una de las tareas arriba indicadas; algunos se contagian del olvido y dejan de usar la memoria como timón de rescate de nuestros apegos, costumbres y hábitos. Es decir, no hay orden, no hay armonía, no hay equilibrio. Por ello es importante recordar que Don Quijote necesitaba a un buen Sancho Panza y viceversa. Afortunadamente, casi nunca es tarde para iniciar la corrección, si estás dispuesto a aceptar e iniciar con la reflexión.
Para no olvidar debemos construir como abejitas u hormiguitas diversos vínculos que nos permitan atar cabos o dar seguimiento a nuestros hábitos. Por ejemplo, si tengo una cita, debo activarla en mi agenda y de preferencia activar un mensaje de recordatorio. Ya sea gracias a una alarma en el celular, pedirle a un familiar, un colaborador o si eres muy moderno pedirle a Siri que lo haga por ti. Para recordar comer bien o hacer ejercicio resulta un poco más complejo, porque es un tema de voluntad de cambiar. Y finalmente, para el tema de los medicamentos se requiere varias cosas, desde algo tan terrenal como tener la pasta para comprarlos, hasta el hábito para mantener los horarios y las dosis apropiadas. Es decir se requiere todo un ARTE y por ello el título de este artículo que hablar del Arte de la Memoria. Si eres buen artesano o quieres aprender a hacerlo, seguramente lo conseguirás.
Más allá del ámbito de un paciente, los seres humanos viven la memoria y el olvido de manera distinta. Para algunos, la paradoja es que siempre recuerdan y nunca olvidan. Los malos recuerdos siempre están allí, les torturan y no les permiten avanzar. Otros piensan que siempre viviremos con los malos, pero también con los no tan malos y con los buenos recuerdos. Pero entonces, ¿cómo logramos sobrevivir con los no tan buenos o los totalmente malos recuerdos, los que nos lastiman o nos hacen daño?
Y la única respuesta a estas preguntas válidas y muy terrenales es que, si lo podemos lograr gracias al amor y a la felicidad, esos mágicos ingredientes que no se venden o se compran pero se pueden cosechar. Así es que, si tienes a un buen amigo agricultor de amor y felicidad, no lo desaproveches y dile que te ayude o nos ayude a todos a cosechar amor y felicidad.
Y si algún día te acuerdas de ese conocimiento aprendido, por favor no dejes de compartirlo, por amor y para regalar felicidad.
Escrito por Dr. Jorge Luis Poo
consultorio.jpoo@gmail.com" style="color: rgb(255, 71, 95); text-decoration: none;">consultorio.jpoo@gmail.com" style="color: rgb(255, 71, 95); text-decoration: none;">consultorio.jpoo@gmail.com" style="color: rgb(255, 71, 95); text-decoration: none;">consultorio.jpoo@gmail.com" style="color: rgb(255, 71, 95); text-decoration: none;">consultorio.jpoo@gmail.com" style="color: rgb(255, 71, 95); text-decoration: none;">consultorio.jpoo@gmail.com