¿PATENTE O GENÉRICO? ÉSA ES LA CUESTIÓN
- Escrito por Ing.Onate
- Publicado en Grupos de Autoayuda
La hepatitis C es la primer enfermedad viral que puede ser curada a través de un tratamiento farmacológico. Esta revolución en el tratamiento de la Hepatitis C, se debe al diseño específico de nuevos antivirales de acción directa (AAD) que permiten por vez primera, actuar en el genoma del virus, impidiendo su replicación.
El alto costo de los medicamentos de patente, impide que se puedan otorgar en cantidades suficientes en el sistema de salud público, y, de esta manera, buscar curar a más el 95% de las personas afectadas por este virus.
En Abril pasado, las autoridades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) anunciaron que se darían 1,600 tratamientos para la hepatitis C a nivel nacional en el primer año. En principio, los AAD que el instituto otorgará, son únicamente para tratar al genotipo 1, que representa aproximadamente el 70% de los casos; dejando en espera al resto de los genotipos (genotipo 2 – 18% y genotipo 3 – 11%). Además, habrá restricciones, por lo que se priorizarán a las personas que tengan cirrosis avanzada (no descompensada) y que estén en lista de espera para trasplante de hígado; entre otros requisitos.
Ante tal cantidad insuficiente – un eufemismo, por decir lo menos - una alternativa válida son las versiones genéricas de estos AAD. Varios laboratorios, dueños de las patentes, han autorizado a varios laboratorios de la India a manufacturar dichas versiones y poder ofrecerlas a menores costos a países de escasos recursos. México no está incluido en esta lista y las autoridades de salud no consideran el uso de los genéricos.
No obstante, la Constitución Mexicana permite que las personas con hepatitis C, puedan importar de manera legal los genéricos para uso personal.
Para los afectados, especialmente quienes ya tienen cirrosis, es una verdadera tragedia no tener acceso en la seguridad social al tratamiento que los puede curar de la enfermedad y salvar la vida, ya no digamos quienes no cuentan con algún tipo de seguridad social. Razón por la que cada vez más personas están adquiriendo alguna de las versiones genéricas.
Básicamente hay dos maneras para adquirir los genéricos: a través de empresas que ofrecen sus servicios para adquirir el medicamento e importarlo, o bien, siendo el mismo paciente quien se encargue de la compra directa y su importación. La diferencia de precios es importante. Si la persona se encarga de realizar directamente la compra, el costo es de doce veces menor que las versiones de patente de venta en nuestro país. Mientras que con estas empresas el precio a pagar, varía de cuatro a ocho veces superior, a la opción de hacerlo por sí mismo.
A casi dos años del uso de las versiones genéricas en nuestro país, podemos asegurar que son igual de seguros y efectivos que los de patente, y con tasas de éxito similares. Cada vez más médicos conocen los casos de pacientes que han usado los genéricos y sus estupendos resultados, y ya los están recetando a sus pacientes. Lo que ha permitido que cientos de personas logren conseguir la tan ansiada Respuesta Viral Sostenida, la cual es sinónimo de cura, a un precio más razonable.
A pesar de la buena noticia que representa el uso de las versiones genéricas, por su efectividad y bajo costo, muchos médicos se resisten a considerar su uso, principalmente por su desconfianza (al no conocer casos de pacientes que los han usado) o bien, porque a pesar de si contar con información, han decidido únicamente recetar las versiones de patente.
Otro aspecto negativo de la situación de la hepatitis C, es que debido al alto costo de las versiones de patente, al número insignificante de tratamientos en la seguridad social y a la falta de conocimiento de las opciones que tienen las personas para adquirir e importar por ellos mismos los genéricos a costos muy bajos, han provocado que mucha gente desesperada por buscar detener la enfermedad, recurran a personas (que ven una manera fácil de ganar mucho dinero) que les ofrecen venderles los genéricos a precios menores que los de patente. Sin embargo, nos hemos encontrado con muchos casos en donde han llegado a pagar por los genéricos hasta $300,000 pesos por un tratamiento para tres meses … quince veces más caro. Un verdadero abuso.
Ante el negocio lucrativo que representa la hepatitis C y la falta de recursos de la población mexicana para poder adquirir los tratamientos genéricos, la única alternativa viable – y justa – es que las autoridades de salud, implementen una estrategia nacional (con resultados medibles en el corto plazo) en la cual sea una prioridad nacional una campaña para educar, prevenir, diagnosticar y otorgar el tratamiento con los novedosos antivirales de acción directa en la seguridad social, incluido el Seguro Popular.
De otra manera, las más de 13,000 muertes anuales que provoca actualmente la hepatitis C, irá en aumento, alcanzando cifras aún muy superiores en pocos años.
Mientras el tratamiento para todas las personas en la seguridad social llega a ser una realidad, los medicamentos genéricos son la alternativa para tratar de manera exitosa la hepatitis C a un bajo costo.