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miércoles, 27 noviembre 2024
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DECÁLOGO ANTI-COVID-19

  • Escrito por Dr. Jorge Luis Poo
  • Publicado en Especialistas

En un mundo singular que vive una inesperada y a la vez prolongada pandemia, en pleno siglo XXI, es fundamental revisar y aprender de la experiencia de las previas.

En un mundo singular que vive una inesperada y a la vez prolongada pandemia, en pleno siglo XXI, es fundamental revisar y aprender de la experiencia de las previas. La historia nos dice que usualmente las pandemias duran largo tiempo, incluso de 3 a 7 años o más. Como un pequeño homenaje, y para honrar la memoria de los muchos caídos, aquí resumimos algunas de ellas.

  • La plaga de Atenas del año 430 A.C. ocurrió después del inicio de la guerra con Esparta, duró 5 años y se estima que mató a 100 mil personas. Los posibles agentes causales fueron la salmonela (fiebre tifoidea) o el virus de Ebola.
  • La plaga Antonina de los años 165 a 180 A.C., se calcula que mató a 5 millones de personas en el Imperio Romano y se atribuye a la viruela.
  • La plaga de Justiniano, del año 541 a 542. D.C. afectó al Imperio Bizantino y se calcula que falleció el 10% de la población mundial de aquella época.
  • La Peste Negra de los años 1346 a 1353 viajó de Asia a Europa. Se estima que fallecieron 25 millones de personas. El agente causal fue la bacteria yersinia pestis, que afectaba a diversos roedores, principalmente las ratas. Más recientemente se descubrió que una pulga que reside en los roedores (Xenopsyla Cheopis) podía saltar al ser humano y luego provocar picaduras y transmitir este microbio extraordinariamente virulento que acabó con un tercio de la población europea.
  • La epidemia Cocoliztli de 1545 a 1548 fue una fiebre hemorrágica que mató alrededor de 15 millones de habitantes de México y Centro América. Estudios recientes indican que el agente causal fue la Salmonela paratyphi C que causa una fiebre enteral grave; en esa época la población sufría además una terrible sequía.
  • La viruela del nuevo mundo del siglo XVI que al parecer fue traída por los exploradores europeos, provocó un colapso general de las civilizaciones Inca y Azteca. Algunos han estimado que afectó hasta el 90% de la población indígena. Se describió desde 1519 en Tenochtitlán y 1532 en Cuzco.
  • La Gripe Española de 1918 a 1920 provoco alrededor de 500 millones de afectados, falleciendo el 20% de ellos.
  • La Gripe Asiática de 1957 a 1958 parece haber ocasionado un millón de muertes en China y 116,00 en los Estados Unidos. El agente causal fue un virus de Influenza A (H2N2).
  • La pandemia del SIDA inició en 1981 y persiste hasta la fecha. El agente causal es un virus que parece haberse originado en África. Se calcula que a lo largo de su existencia ha matado a 35 millones de personas. Desde 1990, gracias al desarrollo de medicamentos exitosos, las personas afectadas, con buen apego a su terapia, pueden tener una vida normal.
  • La epidemia de Influenza Porcina (H1N1) de 2009 a 2010, que parece haberse iniciado en México, particularmente en una granja porcina en Perote Veracruz, y luego se extendió al resto del mundo. En un año afectó a 1.4 billones de personas y según algunas estimaciones mató de 150 a 570 mil personas. Las farmacéuticas Novartis y Sinovac Biotech desarrollaron vacunas exitosas, de una sola dosis. Se demostró además que el antiviral llamado Oseltamivir resultó eficaz.

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Por todo ello, nuestra propuesta es prepararse para el largo plazo (no para un maratón, sino como para una escalada al Everest), ya que el virus ha demostrado una enorme capacidad para mutar (cambiar de forma) y propagarse con mayor facilidad entre la población que le sirve de morada. La variante delta, originada en la India y que parece ser la responsable del 80% de los nuevos casos, puede infectar de 5 a 10 personas, a diferencia de 2 a 3 de la versión original del coronavirus. Afortunadamente la expresión clínica de esta variante viral es con mayor afección a la vía respiratoria alta (dolor de cabeza, dolor de garganta, mucosidad nasal) y menor a la vía respiratoria baja (tos, dificultad respiratoria) y con reducción de su tasa de mortalidad.

Ante este escenario, muchos reclaman que la estrategia original de cierre de espacios de salud con atención exclusiva dedicada a los pacientes COVID-19 ha estado equivocada, ya que desprotege a todos los demás pacientes con otros padecimientos crónicos relevantes y que también requieren de servicios de salud de alta especialidad.

El Síndrome POST-COVID, también llamado “long COVID”, nos ha recordado que no es uno sino múltiples los órganos afectados en la etapa de recuperación. Por ello, sin duda se requieren clínicas multidisciplinarias o colegiadas para atender la amplia demanda de síntomas o variantes de su expresión clínica. Si la pandemia “va para largo”, más allá de las respuestas habituales del miedo contagiado principalmente por comunicadores catastrofistas que inducen respuestas de evasión lucha o parálisis (Fly, Fight o Freeze) debemos asumir una respuesta de cambio de estrategia (más reflexiva, considerando lo aprendido y buscando recuperar espacios de manera segura) donde se creen áreas de atención protocolizada para pacientes COVID (los menos) y pacientes no COVID-19 que son mucho más, algunos de ellos con síntomas Post-COVID y otros simplemente pacientes crónicos olvidados (desatendidos) que suplican una atención de calidad, en espacios sanitizados, apropiados para su padecimiento específico por el simple hecho de tener cáncer, cirrosis, diabetes descontrolada, insuficiencia renal, enfisema o EPOC y que piden con urgencia no solo acceso a un trasplante sino a algo más sencillo que se llama consulta médica ambulatoria de alta especialidad, para lo cual existen valiosos profesionales en todo el país.

Virulencia viral

A continuación, en preparación a ese largo viaje que simboliza vivir en la pandemia del COVID, ¿2020-202?, les compartimos un razonado decálogo para cambiar la estrategia y prepararse, en zona de crecimiento reflexivo, para este nuevo reto histórico:

DECÁLOGO ANTIPANDEMIAS, INCLUYENDO EL COVID-19

1. Utilizar cubre-bocas (con recambio frecuente y en buena posición que permita bloquear la expulsión de micro-partículas al hablar) al convivir con personas desconocidas en espacios cerrados y de poca ventilación.

2. Lavarse las manos por al menos 20 segundo, con agua y jabón o bien con gel a base de al menos 60% de alcohol, después de utilizar sanitarios o tener contacto con superficies u objetos (manijas, barandales, puertas) de elevado uso o contacto público.

3. No fumar.

4. No ingerir bebidas alcohólicas en exceso (más de 3 copas en hombres y 2 en mujeres, por día).

5. No consumir drogas de esparcimiento.

6. Realizar frecuentemente (al menos 3 veces por semana) ejercicio aeróbico y anaeróbico, así como las fisioterapias indicadas por padecimientos crónicos específicos.

7. Comer sano, para mantener un peso apropiado, de acuerdo a nuestra estatura o bien la dieta prescrita por un profesional de la Nutrición, en caso de padecimientos crónicos.

8. Realizar los estudios diagnósticos requeridos para la evaluación ambulatoria crónica de sus padecimientos, en tiempo y forma.

9. Acudir a las consultas de salud requeridas para la buena atención preventiva o reparativa que aplique a cada persona, incluyendo los programas de vacunación y chequeos médicos anuales.

10. Tomar los medicamentos que le sean prescritos por un profesional de la salud.

Para que no nos pase lo que relató Pieter Brueghel en su celebre cuadro del Triunfo de la Muerte, de 1562, se recomienda difundir estas sencillas 10 reglas entre nuestros familiares, amigos, vecinos o colaboradores de nuestra oficina o trabajo.

Pieter Bruegel the Elder The Triumph of Death detail 1 

Referencias:

1. https://www.cdc.gov/flu/pandemic-resources/basics/past-pandemics.html

2. https://www.livescience.com/worst-epidemics-and-pandemics-in-history.html

2. https://www.nytimes.com/es/2021/06/23/espanol/coronavirus-variante-delta.html

Escrito por Dr. Jorge Luis Poo

consultorio.jpoo@gmail.com