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sábado, 20 abril 2024
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El poeta Neruda y la misteriosa causa de su muerte

 

Memorias de su entrañable oda al hígado y su famosa cava

 La causa de muerte de Pablo, el gran Neruda, permanece en las tinieblas de la incertidumbre. El 23 de Septiembre de 1971, cuando muere, corrían tiempos difíciles en Santiago, tiempos de revolución, de golpe de estado, tiempos agitados que explican la controversia de su muerte. Eran tiempos de inspiración ingenua pero genuina, donde el poeta uruguayo Mario Benedetti decía "y en la calle, codo a codo, somos mucho más que dos" o "el pueblo unido jamás será vencido".

El gran poeta chileno, nacido como Ricardo Eliezer Neftalí Reyes Basoalto, fue hijo de José del Carmen Reyes Morales, de profesión obrero ferroviario, y de la maestra de escuela, Rosa Basoalto Opazo quien lo dejó huérfano el mes de su nacimiento, muriendo de tuberculosis. Neftalí decide cambiarse el nombre en el año 1946, por el de Pablo Neruda, en homenaje al poeta checo Jan Neruda, aunque desde 1920 comenzó a utilizarlo.

Según el juez chileno Mario Carroza, encargado de indagar la muerte del poeta Pablo Neruda, analizará los antecedentes médicos del cáncer de próstata que padecía, antes de establecer los siguientes pasos de la investigación, entre los que no se descarta exhumar sus restos.

El relato oficial de los hechos, aceptado por la familia de Neruda, indica que el poeta falleció en la clínica santiaguina Santa María debido a un avanzado cáncer de próstata, doce días después del golpe de Estado que derrocó a su amigo el presidente Salvador Allende. Sin embargo, Manuel Araya, chófer y asistente personal de Neruda, declaró varias semanas atrás en una entrevista a la revista mexicana Proceso, que el poeta murió asesinado con una inyección que le aplicó un médico y no debido a un empeoramiento del cáncer que padecía. Este testimonio apunta a una posible acción de agentes de la dictadura de Pinochet.

Su expediente, un documento de 209 páginas, ha sido consultado en diversas ocasiones y en él se asegura que murió de "cáncer prostático metastizado", tal como sostiene su certificado de defunción. Sin embargo, en el apartado Consideraciones Médico-criminalísticas, letra d, se señala: "Hay un hecho que llama la atención y que complica el análisis. En la carta del doctor Guillermo Merino –médico tratante de Neruda– del 18 de abril de 1973, dirigida al doctor Vargas Salazar (urólogo) refiere: ‘Estimado colega: al dorso resumen de tratamiento efectuado a don Pablo Neruda, remitido por usted para tratamiento por adenoma de próstata y artrosis pelviana derecha’. "El problema en este caso –señalan los médicos de la policía– es que el adenoma es un tumor benigno y no maligno."

Pero otro antecedente apunta en sentido contrario. En el punto dos del mismo apartado se consigna que dentro de los antecedentes enviados se puede apreciar un informe de radioterapia con cobalto (efectuado entre el 19 de marzo y el 18 de abril de 1973). "La radioterapia es un tratamiento que por lo general se efectúa en cuadros de tumores malignos como podría ser un cáncer de próstata (…) la radioterapia no se usa en caso de tumores benignos", apuntan los médicos.

En el punto uno de las Conclusiones Médico-criminalísticas se señala: "No disponemos del examen objetivo para informar con certeza la causa de muerte del señor Pablo Neruda (…) ya que no se cuenta con la biopsia respectiva".

En el punto cuatro de las conclusiones dice: "En cuanto al examen que podría orientar la presencia de metástasis, es decir las fosfatasas ácidas y su fracción prostática; éstas están normales, lo que podría significar entre otras posibilidades que no hay tumor maligno o que éste está circunscrito a la glándula o se normalizó producto de la radioterapia. Como no se cuenta con los antecedentes clínicos del paciente no es posible entonces sacar conclusiones en este sentido en base en este examen".

Estas conclusiones son coherentes con declaraciones hechas por la viuda de Neruda, Matilde Urrutia, a algunos medios españoles en 1974 y que aparecen en el citado expediente judicial, cuyos contenidos están protegidos en Chile por el secreto del sumario.

En una nota publicada por la revista Pueblo del 19 de septiembre de 1974 Urrutia sostiene que "el cáncer que padecía (Neruda) estaba muy dominado y no preveíamos un desenlace tan repentino. (Neruda) no alcanzó ni a dejar testamento pues la muerte la veía muy lejos".

En realidad, la vida del gran Pablo fue tumultuosa y de una riqueza invaluable. Una parte de ella se describe a continuación, gracias al testimonio de amigos queridos que me han trasmitido sus recuerdos.

Neruda, radicado en Temuco, realiza sus estudios en el Liceo de Hombres, donde el periódico regional, "La Mañana", publica sus primeros versos. La poeta chilena, también premio Nobel, Gabriela Mistral, fungió como su tutora en Literatura, iniciando su preparación con los novelistas rusos. En 1921 se traslada a Santiago para estudiar en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile y gana el primer premio en un certamen con el poema: "La canción de fiesta". En 1923 y 1924, publica "Crepusculario" y "Veinte poemas de amor y una canción desesperada", libro por el que sería reconocido mundialmente y traducido a innumerables idiomas.

 En 1927 comienza su carrera diplomática, primero en Buenos Aires, donde conoce a Federico García Lorca, cuya muerte lo deprime sensiblemente. En 1945 recibe el Premio Nacional de Literatura y se une al partido comunista de Chile y comienzan las persecuciones políticas. Primero huye a Argentina y luego a Europa, regresando a Chile en 1952. En octubre de 1971, recibe el Premio Nobel de Literatura.

 

Nombrado embajador de Chile en Francia por su amigo el presidente Salvador Allende, Neruda se trasladó a París en marzo de 1971. Desde su llegada, transformó el ambiente solemne y anticuado de la embajada en un escenario anticonformista. Empezó descolgando de las paredes la impresionante colección de retratos de sus predecesores, horriblemente reaccionarios, y los reemplazó por fotografías de políticos más comprometidos, entre otras, por supuesto, la de Salvador Allende.

 

La habitación más espectacular de la embajada era un bar estilo 1900 que había acondicionado en uno de los pisos para recibir a los amigos, recreando a la perfección el ambiente de la Belle Époque. El zinc o típica barra, reinaba al fondo del salón con sus taburetes altos y un perchero de caoba con tres brazos, de los cuales colgaban una gorra gris y un delantal azul de patrón de café. Detrás de la barra, una amplia estantería exhibía filas de botellas. Para atender a su clientela, Neruda se ponía la gorra y el delantal azul, y luego servía las copas con ojos chispeantes.

 

 

Dentro de las curiosidades que existen en el interior de la casa de Pablo Neruda, está esta una inmensa colección de botellas, la mayoría compradas en Paris y otros países por los cuales él viajó. Esta es parte de la colección de botellas, en el museo Pablo Neruda de Isla Negra, se encuentran por toda la casa y en especial en ésta habitación. No se permite tomar fotos dentro de la casa... sólo desde fuera.

 

En la embajada, las cosas pronto se complicaron. El conflicto con Estados Unidos (a propósito del cobre chileno y la nacionalización de las minas) tuvo mucha resonancia en la prensa francesa y europea, y los periodistas se agolpaban haciendo preguntas complejas, a veces mal intencionadas. En Chile, la situación se deterioraba y el recién nombrado embajador asistía, impotente, a la lenta destrucción del poder por activas fuerzas tenebrosas. Jorge Edwards, diplomático de carrera, en su carácter de consejero, supo reemplazar eficazmente a un Neruda incómodo, cuya salud por momentos se hacía cada vez más delicada".

Pablo Neruda compró un antiguo molino con el dinero del Premio Nobel. A mediados de 1972, envió una invitación que decía: Esta usted cordialmente invitado a la inauguración de la Posada El Caballo Verde para la Poesía, que tendrá lugar el día 12 de julio próximo, a las doce. Nos reuniremos en casa del gran poeta Pablo Neruda, Premio Nobel de Literatura 1971.

El 12, comenzaron a llegar los invitados al molino y encontraron a Neruda acostado en una hamaca colgada entre dos árboles. Vestía como siempre en el campo, una camisa azul sin mangas, un pantalón de franela amarillo y su eterna gorra gris. A todos les sorprendió su relajación y pensaron que se habían equivocado de fecha. Pero un poco más tarde empezaron a llegar el resto de los invitados: Mario y Patricia Vargas Llosa, Julio Cortázar y Ugné Karvelis, la bella Catherine von Bülov Marcenac, Jorge Edwards y varios amigos chilenos. De repente, después de mantener la conversación con todos, Neruda bajó de la hamaca y declaró: Me voy a vestir. Cuando volvió, todos rompieron en carcajadas. Estaba vestido como un alcalde normando de la época de Maupassant, con un mandil azul de mercader de vacas, zuecos de madera con paja en los pies, un canotié típico, y enarbolaba bigotes muy negros al estilo Salvador Dalí. En la mano, tenía un pergamino que blandió pidiendo que le acompañaran. Los llevó al fondo del parque donde un kiosco de madera flamante exhibía su letrero Posada El Caballo Verde para la Poesía.

Todos se juntaron frente a la puerta, viendo llegar a Matilde que tenía en la mano una botella de champaña atada a una larga cuerda; la colgó al rótulo y la lanzó contra la puerta, bautizando el kiosco como se acostumbra hacerlo con un barco. Entonces, Neruda, desenrolló el pergamino y con voz monocorde semejante a la de un sacerdote recitando letanías, empezó a leer un divertido poema en el cual cada uno de los invitados tenía un cuarteto. Después, abrió la puerta del kiosco y apareció un bar con muchas botellas, jamones que colgaban del techo y varios barriles de vino que se alineaban en el suelo. Por fin, dos domésticas llegaron con charolas llenas de especialidades chilenas. La fiesta duró toda la tarde y se prolongó hasta la madrugada.

Pablo había preparado dichas festividades con el fin de celebrar sus sesenta y ocho años. Después renunció a su cargo de embajador y regresó a Chile a Isla Negra, su salud había decaído mucho, se sentía muy mal, sobre todo le aquejaban dolores muy fuertes en al abdomen y vientre, esto se puede leer en su ODA AL HÍGADO, que línea abajo aparecerá.

El 18 de septiembre de 1973, hubo el golpe de estado militar, en San Antonio, las tropas habían ocupado los edificios públicos. Las tropas vigilaban al poeta que estaba muy delicado de salud, casi ya no salía.

Pablo Neruda murió en Santiago el día 23 de septiembre de 1973, en la Clínica Santa María, fue velado en su casa del cerro de San Cristóbal que había sido saqueada mientras él agonizaba. Desde su casa hasta el cementerio, fue creciendo el cortejo, con consignas al poeta muerto y al presidente Allende, los asistentes corearon La Internacional.

En algunos medios se ha manejado que murió de un infarto al corazón, en otros que fue de tristeza, Eduardo Galeano, escritor uruguayo, dice: "murió de cáncer y de pena". El traductor al francés, de toda su obra, Claude Couffon y quién me contó estás anécdotas, me dijo en repetidas veces el hábito diario de Neruda, de tomar bebidas alcohólicas, sobre todo whisky, así que cuando falleció, otros pensaron que había sido por cirrosis hepática pero Couffon casi asegura, que fue por cáncer prostático. Ahora el diario español El País, a principios de febrero de este año dijo que murió envenenado por el gobierno de Pinochet.

¿Algún día sabremos la verdad de su muerte? que en realidad no ha ocurrido porque la poesía de él sigue tan viva como cuando la escribió.

 Oda al Hígado

Modesto,

organizado

amigo,

trabajador

profundo,

déjame darte el ala

de mi canto,

el golpe

de aire,

el salto

de mi oda:

ella nace

de tu invisible

máquina,

ella vuela

desde tu infatigable

y encerrado molino,

entraña

delicada

y poderosa,

siempre

viva y oscura. Mientras

el corazón suena y atrae

la partitura de la mandolina,

allí adentro

tú filtras

y repartes,

separas

y divides,

multiplicas

y engrasas,

subes

y recoges

los hilos y los gramos

de la vida, los últimos

licores,

las íntimas esencias.

Víscera

submarina,

medidor

de la sangre,

vives

lleno de manos

y de ojos,

midiendo y trasvasando

en tu escondida

cámara

de alquimista.

Amarillo

es tu sistema

de hidrografía roja,

buzo

de la más peligrosa

profundidad del hombre,

allí escondido

siempre,

sempiterno,

en la usina,

silencioso.

Y todo

sentimiento

o estímulo

creció en tu maquinaria,

recibió alguna gota

de tu elaboración

infatigable,

al amor agregaste

fuego o melancolía,

una pequeña

célula equivocada

o una fibra

gastada en tu trabajo

y el aviador se equivoca de cielo,

el tenor se derrumba en un silbido,

al astrónomo se le pierde un planeta.

Cómo brillan arriba

los hechiceros ojos

de la rosa,

los labios

del clavel

matutino!

Cómo ríe

en el río

la doncella!

Y abajo

el filtro y la balanza,

la delicada química

del hígado,

la bodega

de los cambios sutiles:

nadie

lo ve o lo canta,

pero,

cuando envejece

o desgasta su mortero,

los ojos de la rosa se acabaron,

el clavel marchitó su dentadura

y la doncella no cantó en el río.

Austera parte

o todo

de mi mismo,

abuelo

del corazón,

molino

de energía:

te canto

y temo

como si fueras juez,

metro,

fiel implacable,

y si no puedo

entregarme amarrado a la pureza,

si el excesivo

manjar

o el vino hereditario de mi patria

pretendieron

perturbar mi salud

o el equilibrio de mi poesía,

de ti,

monarca oscuro,

distribuidor de mieles y venenos,

regulador de sales,

de ti espero justicia:

Amo la vida: Cúmpleme! Trabaja!

No detengas mi canto.

 

Pablo Neruda

Poeta Chileno

 

Fuente:

1. Clarin. Firme junto al pueblo. Domingo, 30 de Octubre de 2011 20:49 Francisco Marín.