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martes, 03 diciembre 2024
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Retos y oportunidades para el desarrollo de la política farmacéutica nacional en México

 
Hasta ahora no existe en México un documento explícito y oficial de PFN que funcione como una guía de acción común. Los distintos elementos relacionados están dispersos en un marco legal fragmentado y en los Programas Sectoriales difundidos cada sexenio. La multiplicidad de iniciativas y propuestas ha llevado a hacer más confusa esta arena de políticas. Adicionalmente, hace falta claridad sobre cuál es el proceso para integrar la PFN y cuáles son las instancias gubernamentales responsables de formularla, monitorear su implementación y evaluarla.
 
Esta situación ocasiona incertidumbre y una falta de transparencia sobre el rol de los distintos actores involucrados, dificulta la toma de decisiones con objetivos comunes y pone en riesgo el cumplimiento de los objetivos planteados. Si bien la intención de este trabajo no es analizar detalladamente los determinantes del desarrollo de políticas farmacéuticas en México, se identifican tres importantes barreras que obstaculizan el desarrollo de una PFN:

a) No existe un plan claro sobre el proceso de formulación de una PFN y el involucramiento de los distintos grupos de interés en el mismo. Las políticas de medicamentos en México se han abordado históricamente desde una doble perspectiva: sanitaria y de fomento industrial, sin vinculación entre ambas; en lo general dichas políticas no han surgido de un análisis detallado de prioridades y alternativas, sino que han respondido a situaciones coyunturales y han sido afectadas por presiones de diversos grupos de interés. Es importante señalar que el desarrollo de las políticas farmacéuticas en México ocurre en un contexto de escaso pluralismo en la formulación de políticas públicas; los grupos gubernamentales dominan mientras que las instituciones académicas y organizaciones de la sociedad civil tienen un papel marginal. Esto contrasta con la mayor oportunidad de participación de los grupos industriales y comerciales; estos grupos, organizados en cámaras como la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica, han tenido un rol importante como consultores de las comisiones legislativas.

b) No existe un marco legal coherente que abarque todos los instrumentos regulatorios relacionados con medicamentos y que se vincule con las políticas de salud. La OMS recomienda un marco legal coherente para apoyar la instrumentación y el cumplimiento de todos los componentes de una PFN y para regular las actividades de los diferentes actores en el sector público y en el sector privado. Los distintos instrumentos regulatorios en México, Ley General de Salud (LGS) y sus reglamentos derivados, normas oficiales, acuerdos secretariales y otros, sufren modificaciones periódicamente de forma desvinculada e incluso utilizan diferente terminología o implican contradicciones. Además, el marco regulatorio no siempre se hace cumplir.

c) Prevalece la fragmentación en las responsabilidades de implementación y monitoreo de acciones relacionadas con los diferentes eslabones de la cadena farmacéutica. Estas tareas corresponden a diferentes agencias gubernamentales que generalmente trabajan de forma desvinculada y tienen poco presupuesto y recursos humanos para llevar a cabo su trabajo. Aunque queda clara la responsabilidad de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) en asegurar la calidad de los medicamentos, no es claro en qué instancia recae la obligación de una estrategia nacional sobre uso seguro y eficiente de medicamentos, un aspecto largamente descuidado por las políticas de medicamentos del país. Además de la multiplicidad de los actores gubernamentales involucrados, la segmentación propia del sistema federativo y la fragmentación del sistema de salud en el país, prevalece una falta de liderazgo para coordinar las acciones intra e intersectoriales. Como resultado se hacen evidentes grandes ineficiencias; un ejemplo es la compra de medicamentos, en la que cada estado realiza las adquisiciones de manera independiente y sin aprovechar las economías de escala.

La experiencia internacional señala que es tan importante el documento de una PFN como los procesos de formulación, implementación, monitoreo y evaluación que lo acompañan. Esto no es un asunto menor: las reformas de políticas de salud y medicamentos son procesos implícitamente políticos en los que diversos grupos de interés presionarán para lograr cambios o mantener el status quo. Para ello, se recomienda acompañar el proceso de desarrollo de la PFN de un análisis político que permita identificar las estrategias para movilizar apoyo a favor de la misma.

Enfrentar los retos descritos no sólo contribuirá al alcance de los objetivos de la PFN en cuanto a acceso equitativo, asequibilidad y uso seguro y eficiente, sino que también puede tener efectos positivos en el funcionamiento del sistema de salud en su conjunto. Finalmente, el éxito en la consolidación de la PFN depende en gran medida de la importancia política que el actual gobierno asigne a los sistemas de salud y al componente de medicamentos en particular, empezando con los recursos financieros y humanos que se destinen a tales efectos y el liderazgo para trabajar en conjunto con los distintos grupos de interés y la población.
 
Referencia
Wirtz, V. J., Dreser, A., & Heredia-Pi, I. (2013). Retos y oportunidades para el desarrollo de la política farmacéutica nacional en México. salud pública de méxico, 55(3), 329-336.