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jueves, 25 abril 2024
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Infecciones de transmisión vertical, entre ellas hepatitis B

  • Escrito por Dra. Fernanda García Alvarado
  • Publicado en Prevención

La planificación del embarazo tiene muchas ventajas en las mujeres en edad fértil, porque permite prevenir infecciones que pueden afectar al feto o al recién nacido. De manera que, en algunos, es posible manejar las enfermedades infecciosas cuando ya se detectan en la embarazada.

A continuación entraremos en detalle con las más relevantes:

VIH: Una de las principales preocupaciones frente al embarazo es la de conocer la situación serológica de la futura madre respecto a la infección por HIV. Es decir, saber si es positiva o negativa. A principios de la década del 80, cuando se descubrió el virus, la mayoría de los chicos se infectaba de sus madres porque no había ningún recurso terapéutico para ofrecer durante la etapa de gestación o a partir de su nacimiento para evitar que la infección se propague.

Toxoplasmosis: Toda mujer en edad fértil debería saber si tuvo o no toxoplasmosis. Se trata de una infección producida por un parásito que se adquiere al comer carnes no muy cocidas, verduras contaminadas o por estar en contacto con las excretas de animales enfermos (sobre todo cachorros que no hubieran sido desparasitados).

La mayoría de las veces se la adquiere sin darse cuenta y solo a través de un estudio serológico resulta posible saber si se la ha padecido. Si el resultado es positivo, la mujer estará protegida durante toda su vida fértil. Si es negativo es necesario adoptar medidas preventivas en la higiene y la preparación de los alimentos, además de repetir el análisis en cada trimestre del embarazo. Si adquiere la infección durante esta etapa, por el impacto que puede tener en el niño por nacer, es muy importante brindar un tratamiento adecuado a la embarazada. En el recién nacido, la toxoplasmosis es una infección muy grave que puede provocar calcificaciones cerebrales, problemas oculares, de audición y otras complicaciones en su desarrollo neurológico. Tratar a la madre, ayuda a minimizar los riesgos a la salud del feto.

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Rubeola: La rubéola es causada por un virus que en general se presenta en invierno y primavera y produce una erupción acompañada, algunas veces, de inflamación de los ganglios. Es una afección que es muy parecida a otras infecciones eruptivas, como la quinta o la sexta enfermedad que presenta un rash o erupción muy inespecífico. Por este motivo, cuando el profesional interroga a la embarazada puede no saber si la tuvo o no.

Sarampión: Aunque el sarampión lleva más de 17 años de haber sido eliminado de casi todo America, recientemente se han registrado pequeños brotes asociados a casos importados – como los viajeros que volvieron de Mundial de futbol de Sudáfrica 2010.

El sarampión es una enfermedad viral muy contagiosa y grave. Los niños pequeños menores de un año de vida no vacunados o aquellos que no completaran su esquema de inmunización son quienes corren mayor riesgo de sufrir la enfermedad y sus complicaciones. También puede provocar complicaciones graves en las mujeres embarazadas e incluso ser causa de aborto o parto prematuro. No obstante, quienes se recuperan del sarampión se vuelven inmunes de por vida.

Para conferir protección contra estas infecciones se aplica la triple viral (MMR por sus siglas en inglés) que inmuniza durante toda la vida fértil contra la rubéola, el sarampión y las paperas.

Varicela: En el caso de la varicela, se estima que el 95% de las mujeres en edad fértil tiene defensas, lo que quiere decir que la han tenido en el pasado. Sin embargo si la paciente manifiesta no haberla padecido también se le pide un análisis de sangre que, si resultara negativo, se le indica la vacuna. De acuerdo con la experta, "esta infección puede ser adquirida durante la gestación. Sin embargo, si estas mujeres que no tuvieron varicela pueden programar su embarazo, que es lo que solemos recomendar como médicos, y se hicieran todos estos análisis de sangre, podrían vacunarse antes de concebir. Esto permitirá evitar muchos nacimientos de niños con defectos asociados a estas infecciones que los arrastran durante toda la primera y segunda infancia que requieren un abordaje terapéutico multidisciplinario".

Hepatitis B: Otra recomendación importante es que reciban la vacuna contra la hepatitis B (HVB). En nuestro país, está disponible de manera universal, obligatoria y gratuita en el Cartilla Nacional de Vacunación para adolescentes y adultos. Por eso, las mujeres deben recibir el esquema completo antes de la concepción. Si no lo hicieron, pueden iniciarlo o completarlo durante el embarazo o incluso después del parto.

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La hepatitis B también es una infección que puede no presentar síntomas (75% de las veces). En la mujer embarazada es importante realizar los análisis de sangre para conocer su situación en relación con este virus. Podría infectar al recién nacido y provocarle hepatitis crónicas. En aquellos casos en los que se confirma el diagnóstico de HVB en la embarazada, se le deben aplicar al recién nacido anticuerpos específicos (gamaglobulinas) y la dosis correspondiente de la vacuna en las primeras 12 horas de vida, como lo indica el CNV. De no recibirla, los bebés tienen un riesgo del 90 % de convertirse en portadores crónicos del agente infeccioso y existe la posibilidad de que desarrollen enfermedad del hígado en el futuro.

Durante el embarazo: Mientras se preparan para la llegada del bebé, las futuras mamás deben recibir la inmunización antigripal y, luego de la semana 20, la triple bacteriana acelular (dTap), que protege contra difteria, tétanos y tos convulsa. Este es el único modo de transferir defensas al feto y lograr que los recién nacidos estén protegidos contra la tos convulsa, una enfermedad que puede causar la muerte a bebés menores de 6 meses cuyas mamás no fueron vacunadas. Aquellas madres que no hayan recibido estas vacunas durante la gestación, es importante que las reciban mientras sus hijos sean menores de seis meses.

En resumen, existen infecciones virales que pueden afectar, cuando ocurren durante el embarazo, al feto y al recién nacido. Muchas pueden evitarse mediante una correcta y rápida evaluación y manejo. Para disfrutar de su embarazo lo adecuado es que usted consulte a su médico antes de quedar embarazada o apenas lo sepa, para saber qué hacer y evitar este tipo de problemas.

 

Referencia:
Silasi, M., Cardenas, I., Kwon, J. Y., Racicot, K., Aldo, P., & Mor, G. (2015). Viral infections during pregnancy. American journal of reproductive immunology, 73(3), 199-213.

Mandelbrot, L. (1998). Vertical transmission of viral infections. Current Opinion in Obstetrics and Gynecology, 10(2), 123-128.

https://www.infobae.com/salud/2018/01/08/transmision-vertical-las-infecciones-que-se-pueden-transmitir-de-madre-a-hijo-y-como-prevenirlas/

Artículo de Divulgación revisado y adaptado por el Dr. Jorge Luis Poo. Hepatólogo Clínico, miembro del Comité Editorial de tu portal AMHIGO y fundador del Grupo Mexicano para el Estudio de las Enfermedades Hepáticas.