Animales de laboratorio para conocer mejor el cáncer hepático
- Escrito por Dra. Fernanda García Alvarado
- Publicado en Cáncer de hígado
Los animales se utilizan en la investigación cuando existe la necesidad de averiguar lo que ocurre en un organismo vivo completo, que es mucho más complejo que la suma de sus partes. Resulta difícil, y en la mayoría de los casos sencillamente imposible, sustituir el uso de animales vivos por métodos alternativos en la investigación.
Un conjunto de investigadores afincados profesionalmente en la pacense Facultad de Ciencias de la Universidad de Extremadura (UEx), concretamente del departamento de Bioquímica, Biología Molecular y Genética, utiliza las ratas con un fin vital a largo plazo: identificar nuevas maneras de diagnosticar, pronosticar e incluso de tratar el cáncer hepático en humanos.
El estudio de los animales es una parte fundamental de este proceso de investigación. Muchos procesos celulares básicos son iguales en todos los animales y los cuerpos de los animales son como los de los seres humanos a la hora de realizar muchas funciones vitales, como la respiración, la digestión, el movimiento, la vista, la audición y la reproducción. Para tratar la enfermedad, los médicos y científicos deben entender cómo funciona el organismo sano. Esto, a su vez, permite entender lo que le ocurre al organismo cuando caemos enfermos y cómo se puede poner bien.
Este grupo investigador, formado por trece extremeños, tiene por nombre Biología Molecular del Cáncer (Bimocan). Lo lideran tres investigadores sénior: Jaime María Merino Fernández, profesor titular de la UEx; Gerardo Blanco Fernández, médico del Servicio Extremeño de Salud (SES) y Pedro María Fernández Salguero, catedrático de la UEx. Este último es quien encabeza Bimocan, ya que lo fundó en el año 2002 a su vuelta del Instituto Nacional del Cáncer en EE UU, donde llevó a cabo su formación posdoctoral.
En Bimocan trabajan investigadores contratados con cargos a proyectos específicos, becarios en formación, técnicos de laboratorio, médicos internos residentes y facultativos especialistas de área.
Uno de los proyectos más innovadores que tienen en sus microscopios actualmente trata de identificar nuevas moléculas que se encarguen de regular la regeneración hepática y el proceso por el cual se desarrollan tumores en el hígado. Este estudio tiene aplicaciones prácticas porque podría favorecer a un pronóstico precoz y a un mejor conocimiento de la evolución de dicha enfermedad.
Todos los procesos que este grupo lleva a cabo en modelos animales están aprobados oficialmente por el Comité de Investigación Animal de la UEx, el Comité de Bioética de la Universidad, así como por el Comité de Experimentación Animal de la Junta de Extremadura. Los ratones viven en el animalario del campus, situado al lado de la facultad de Medicina. De ahí, son trasladados al departamento de Bioquímica, Biología Molecular y Genética, donde se les somete al mismo procedimiento que a un paciente en el quirófano. En primer lugar se le anestesia y después se le hace una incisión abdominal en la que se le sutura el hígado y se le extraen dos terceras partes de este órgano (hepatectomía parcial).
"El objetivo es conocer mejor el perfil genético de los tumores hepáticos y comprobar qué diferencias y similitudes encontramos entre el tumor y el hígado sin tumor", explica el investigador. De esta forma, los médicos podrán anticiparse en la detección de la enfermedad. Sin embargo, deja claro que este proyecto aún está en fase de laboratorio. "No anunciamos ninguna cura, es todo a largo plazo", asevera el jede de este laboratorio.
Al menos, ya han obtenido una conclusión relevante y es que, la presencia del receptor de dioxina tiene un papel positivo en la regeneración del hígado, ya que han comprobado que los ratones que no tiene esa proteína tienen mayor potencial para desarrollar tumores. La buena noticia es que este receptor lo tiene el ser humano en todas sus células.
Los seres humanos y los animales comparten cientos de enfermedades y, por lo tanto, los animales pueden actuar como modelos para el estudio de las enfermedades humanas. Por ejemplo, los conejos sufren arteriosclerosis (endurecimiento de las arterias) y enfermedades como el enfisema, así como defectos congénitos como la espina bífida. Los perros sufren cáncer, diabetes, cataratas, úlceras y trastornos hemorrágicos, como la hemofilia, lo que los convierte en candidatos naturales para la investigación de estos trastornos. Los gatos comparten algunos problemas de visión con los humanos. Gracias a estos modelos aprendemos cómo la enfermedad afecta al organismo, cómo responde el sistema inmunitario, quién se verá afectado, etc.
Referencia
https://www.hoy.es/extremadura/ratones-laboratorio-conocer-20181128002334-ntvo.html
Santos, N. P., Colaço, A. A., & Oliveira, P. A. (2017). Animal models as a tool in hepatocellular carcinoma research: A Review. Tumor Biology, 39(3), 1010428317695923.