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jueves, 21 noviembre 2024
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Elevación de las enzimas hepáticas en pacientes alcohólicos

  • Escrito por Dra. Fernanda García Alvarado
  • Publicado en Hígado y Alcohol

Un artículo publicado recientemente por los investigadores M. Iñarrairaegui y D. Martínez en Pamplona,  España  en donde mencionan que tomar bebidas alcohólicas es habitual en nuestro medio, con patrones de consumo, edad de inicio, cantidad de alcohol ingerido y tipo de bebida que han ido variando en  los últimos años. Establecer el consumo de riesgo para el desarrollo de enfermedad hepática es muy difícil por la implicación que  tienen estos factores en su desarrollo. Se considera que un consumo de 40 g de alcohol diarios para las mujeres y 60 g  para los varones supone un riesgo aumentado de enfermedad  hepática. Actualmente, se tiende a unificar el cálculo del consumo de alcohol mediante las unidades de bebida estándar.
 
El diagnóstico y cálculo del consumo de alcohol se obtiene de una anamnesis, aunque hay que tener en cuenta que, en ocasiones, los pacientes tienden a infravalorar su propio consumo de alcohol. Existen algunos signos de la exploración física y datos del laboratorio que pueden orientar el diagnóstico de consumo perjudicial de alcohol, si bien no son patognomónicos. El  patrón  de  alteración  de  las  enzimas  hepáticas  típico  del  consumo  enólico  es  la  elevación  de  la  enzima llamada gamma glutamil transpeptidasa que se encuentra en las células del hígado y que en un estado hepático normal se mantienen allí.

Pero cuando se presentan determinados daños en el hígado la gamma glutamil transpeptidasa se filtra al torrente sanguíneo siendo posible su detección a través de un simple examen de sangre (habitualmente por debajo de 500 U/l). Otros datos que nos pueden orientar hacia el consumo  enólico  son  la  presencia  de  macrocitosis, es el aumento del tamaño de los eritrocitos por aumento de por déficit  de vitamina B12 o ácido fólico, toxicidad directa por alcohol o  incremento  del  depósito  de  lípidos  en  la  membrana  de las células sanguíneas y la elevación de ferritina, una proteína dentro de las células que almacena hierro.

Las manifestaciones clínicas de la afectación hepática secundaria al consumo de alcohol es variable, la esteatosis  simple,  la  hepatitis  alcohólica  aguda  y  la  cirrosis, son las  principales  enfermedades  hepáticas  asociadas al consumo. Y que dentro de la patogenia, tienen una forma de presentación y evolución relacionada con la cantidad de alcohol ingerida, el patrón de consumo, el sexo, el estado nutricional y la susceptibilidad genética individual.

Hay que poner especial atención en los pacientes con consumo perjudicial de alcohol que pueden desarrollar otras enfermedades  hepáticas  concomitantes,  cuyo  diagnóstico  asimismo  es  importante  para  establecer  un  adecuado tratamiento específico.

 

Referencias
Bastarrica, M. I., & Urbistondo, D. M. (2016). Protocolo diagnóstico de la elevación de las transaminasas en el paciente alcohólico. Medicine-Programa de Formación Médica Continuada Acreditado, 12(10), 591-595.