ENFERMEDAD HEPÁTICA RELACIONADA CON EL ALCOHOL EN LATINOAMÉRICA
- Escrito por Dra. Juanita Pérez Escobar
- Publicado en Hígado y Alcohol
El consumo excesivo de alcohol representa un importante problema de salud pública en América Latina. Más del 50% de las personas ≥15 años son bebedores actuales (personas que han consumido alcohol en el último año), y la prevalencia está aumentando. La prevalencia de episodios de consumo excesivo de alcohol entre los adultos también es alta.
El consumo de alcohol en los adolescentes es particularmente preocupante. En la mayoría de los países, más del 50% de la población entre 15 y 19 años ha bebido alcohol en el último mes. La prevalencia en este grupo de edad es muy similar en ambos sexos. En particular, en Costa Rica, República Dominicana, Chile y Paraguay, las mujeres tienen una prevalencia más alta. Más de la mitad de los escolares de 13 a 15 años en Argentina, Colombia y Ecuador habían consumido alcohol en el último mes y el 20% había estado intoxicado al menos una vez.
Otro grupo especialmente vulnerable es la población indígena, que constituye el 14% de la población de América Latina. Si bien existen pocos estudios epidemiológicos en este grupo, se sabe que el consumo de alcohol es frecuente y muchas veces excesivo. Además, existe una alta prevalencia del polimorfismo del alelo G / G de PNPLA3, que se ha asociado con una mayor susceptibilidad a padecer enfermedad hepática relacionada con el alcohol (EHA).
A nivel mundial, el consumo de alcohol per cápita (CAPC) en la población > 15 años fue de 6.4 litros de alcohol puro en 2016. En América Latina, fue de 6.3 L, pero existen diferencias significativas entre las regiones. Se prevé que habrá un aumento de alrededor del 3% en la prevalencia del consumo de alcohol en América Latina para el 2025. Aunque el CAPC había disminuido 4.6% desde 2010, se prevé que aumente a 6.7 L para 2025.
La bebida alcohólica más consumida en la región es la cerveza, que constituye el 50% del total de alcohol registrado consumido. En los países de América Central, la mayor parte del consumo es de destilados, y en Uruguay, Argentina y Chile, del 30% al 44% del total de alcohol consumido corresponde al vino. Se estima que el alcohol no registrado consumido en la región corresponde a aproximadamente el 14% del total de alcohol consumido, que es menor que el observado en todo el mundo; sin embargo, en muchos países, no hay datos actualizados. Con los datos limitados disponibles, se cree que Guatemala, Ecuador y Bolivia son los países con el mayor consumo de bebidas alcohólicas no registradas en la región (42%, 42 % y 36%, respectivamente).
CONSECUENCIAS PARA LA SALUD DEL CONSUMO DE ALCOHOL
Se estimó que el alcohol fue responsable del 5,3% de todas las muertes a nivel mundial en 2016. Las Américas tuvieron la segunda fracción más alta de muertes atribuibles al alcohol (5,5%). En los países de América Latina, 241.000 muertes se atribuyeron al consumo de alcohol, principalmente debido al trastorno por consumo de alcohol (CA), la cirrosis y la violencia relacionada con el alcohol. La prevalencia del CA es un problema importante en la región (8,6% en hombres y 1,7% en mujer). En Colombia, Haití, Perú y Venezuela, la tasa de prevalencia de CA entre las mujeres es de 3.8%, estando entre las más altas observadas a nivel mundial. El número estimado de muertes por cirrosis relacionada con el alcohol en todo el mundo fue de 308,227 en 2016, mientras que en América Latina fue de alrededor de 54,000.2 La fracción de cirrosis atribuible al alcohol en América Latina fue de alrededor del 53%, y la tasa de mortalidad estandarizada por edad atribuible al alcohol fue de 24 por 100.000 habitantes mayores de 15 años.
LA PARADOJA DEL DAÑO ALCOHÓLICO EN AMÉRICA LATINA
El escenario en América Latina es consistente con el concepto de “paradoja del daño del alcohol”. Se ha observado que los países de menores ingresos tienen una mayor mortalidad por cirrosis relacionada con el alcohol, a pesar de reportar un menor consumo. Entre otros factores, esto podría explicarse por el hecho de que los bajos ingresos están asociados con la desigualdad en salud, lo que lleva a un aumento de la mortalidad general. Esto es algo que ya hemos analizado, pero aún no hemos publicado nuestros datos.
POLÍTICAS PÚBLICAS PARA REDUCIR EL CONSUMO DE ALCOHOL EN AMÉRICA LATINA
Los países latinoamericanos aprobaron el “Plan de Acción” propuesto por la Organización Panamericana de la Salud, basado en la Estrategia Global de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para Reducir el Uso Nocivo de Alcohol en 2010. El objetivo es reducir la CAPC en un 10% en todo el mundo para el 2025. Sin embargo, la implementación de estas medidas ha sido lenta y deficiente en la región. De hecho, solo el 30% de los países tiene políticas públicas escritas con respecto al alcohol y solo el 10% tiene un plan nacional escrito. También ha sido muy limitada la implementación de medidas que han demostrado ser más efectivas en la reducción del consumo de alcohol (“mejores compras”), políticas para restringir el acceso fácil al alcohol, restricción de publicidad y regulaciones específicas de precios. Además, menos de la mitad de los países de la región monitorean el cumplimiento de estas políticas. Es importante mencionar que la investigación científica en esta área no es una prioridad en la región. Hay pocos estudios epidemiológicos locales sobre el alcohol y sus consecuencias sanitarias, sociales y económicas. Sin duda, esto también ha contribuido a la falta de implementación de políticas de salud pública enfocadas a la prevención y tratamiento de la EHA.
En conclusión, en América Latina, el consumo nocivo de alcohol representa una importante carga sanitaria, social y económica. La EHA, específicamente la cirrosis, sigue siendo una de las principales causas de muerte asociadas con el alcohol. El nivel de ingresos en cada uno de los países de la región y la disparidad de salud asociada hacen que la población sea especialmente vulnerable a las consecuencias del alcohol. Actualmente, la actividad científica y la implementación de políticas públicas efectivas para reducir el consumo de alcohol en la región son insuficientes. Según las previsiones sobre consumo de alcohol, es poco probable que, como región, logremos los objetivos marcados por la OMS para 2025.
El Dr. Jorge Luis Poo, Hepatólogo Clínico menciona que dado que el alcohol es una droga de libre venta, corresponde a muchos actores las medidas de reducción en su consumo. Es decir, no solo depender del gobierno, si no establecer programas clave en las escuelas, los grupos sociales y religiosos y desde luego a nuestras familiias. Atender a pacientes con cirrosis por alcohol nunca ha sido grato, porque confronta al médico con un ser humano que se siente culpable y a veces segregado por la familia. No siempre se detecta el componente genético o adictivo de la enfermedad y entonces se tiene a estigmatizar o menospreciar al paciente que sufre la dependencia. Algunos que logran suspender el consumo pueden entrar en una fase de equilibrio que los hace candidatos a recibir tratamiento contra la fibrosis hepática. La clave de su recuperación son los buenos apegos: a la dieta, al ejercicio y a sus fármacos. En todos se debe medir la fibrosis y en aquellos con fibrosis avanzada (F3.F4) se les puede ofrecer un tratamiento.
Referencias:
1. Arab JP, et al. Are We Really Taking Care of Alcohol-Related Liver Disease in Latin America? Clinical Liver Disease, 2020 (September);16:3.
Artículo de Divulgación revisado y adaptado por el Dr. Jorge Luis Poo, Hepatólogo Clínico, miembro del Comité Editorial de tu portal AMHIGO y fundador del Grupo Mexicano para el Estudio de las Enfermedades Hepáticas.