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sábado, 20 abril 2024
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TANATOLOGIA

Del griego "thanatos" (muerte) y "logos" (estudio), la Tanatologia podríamos definirla como el estudio científico de los fenómenos referentes a la muerte. Se aceptó como ciencia en los años 50's. Sin embargo, el trabajo tanatológico comprende las pérdidas en general donde todo se reorganizará a partir de la ausencia. Hay una pérdida cuando perdemos la salud, un empleo, una relación de pareja, un ser querido, etc. Habrá que atravesar un proceso, el proceso de duelo, una sucesión de pasos que en cada uno de nosotros es diferente y sin embargo; según Kübler Ross, se presentarían cinco etapas: negación , enojo, tristeza, negociación y aceptación. Un proceso sano llevará unos cuantos meses a dos años aproximadamente , lo contrario nos hablará de un duelo patológico ya que estaríamos atorados en alguna de las etapas sin haber alcanzado la aceptación . Esta aceptación (que no significa que me agrade), implicará el reconocimiento de lo sucedido, que mi existencia ya cambió, que soy consciente de mí mismo y, específicamente en las situaciones de muerte, cuatro características:

1) La muerte es Universal (todos mueren)

2) La muerte es irreversible

3) Todas las funciones vitales terminan (nuestro cuerpo deja de funcionar)

4) Toda muerte tiene un por qué (siempre hay una causa)

El Tanatólogo es quien acompaña en el proceso para resguardar la integridad psicoemocional de la persona. Acompaña, escucha y permite la expresión del duelo y el bien morir como uno de sus objetivos. Como tanatólogos, procuramos encontrarle un sentido a esa tristeza, acompañamos con respeto y orientamos para dar un nuevo significado, para reorganizar esta nueva existencia. El acompañamiento con enfermos terminales también implica su derecho a la verdad de lo que está pasando, su condición real y lo que va a suceder; permitir que exprese sus miedos, enojos, tristezas; permitir que se despida y pida y reciba perdón. Permitir que decida no ser resucitado. Permitir que reciba un trato digno como persona y no sólo como un cuerpo. Acompañar a la familia o seres queridos del que parte y mostrarles que escucharle y tocarle son de gran ayuda para ambos. Implica un educar a morir, un educar para eliminar el miedo a decir lo que siento y preservar su dignidad. Es un trabajo de amor y es un honor para quienes acompañamos.

"El rostro del prójimo significa para mí una responsabilidad irrecusable que antecede a todo conocimiento libre, a todo pacto, a todo contrato". Emanuel Levinas

Y qué puedes hacer tú aún sin ser Tanatólogo? Escuchar sin pre-juzgar, ser paciente contigo mismo, reconocer la vulnerabilidad y limitaciones, honrar la vida, recordar lo dulce, sonreír, tocar, hablar de lo que pasó o está pasando, cuidar de ti, crecer tu parte espiritual, decidirse a reconstruir en un trabajo de aprender y desaprender lo necesario, a construir y deconstruir.

"Pasado un breve sueño despertamos eternos" Jhon Jon

Samantha Urzua y Madrid