Crecí es una cultura mixta, mexicana y española. Mi padre Felipe tenía raíces vascas, por su familia paterna. De él aprendí el gusto por el buen diseño y la armonía en la estética. Mi madre es una gallega de cepa, lectora insaciable, de quien aprendrí el gusto por disfrutar todos mis veranos en su tierra, hasta finalmente irme a vivir por allá por un largo tiempo. Desde pequeña me ilusionó el área de la salud. Al principio intenté estudiar Biología en Santiago de Compostela pero sentí que no era lo mío; luego imaginé ser médico, pero poco a poco descubrí que la Nutrición podría ser mi profesión, en la cual me siento como pez en el agua.
Estudié la licenciatura en Dietética y Nutrición y tuve la oportunidad de realizar una estancia de investigación en el Departamento de Gastroenterología del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, Salvador Zubirán, en la Ciudad de México. Allí me inicié en una de las áreas de las que tengo más experiencia, los padecimientos digestivos y hepáticos. Luego tuve la oportunidad de continuar mi formación en España donde profundicé en dos áreas. Por un lado, la Clínica de Lípidos del prestigioso Hospital Clínic i Provincial, de Barcelona. Allí descubrí la enorme frecuencia de los padecimientos metabólicos conocidos como hiperlipidemias que incluyen a los trigliceridos y las variantes de colesterol malo y bueno. Recuerdo, por ejempo, que logramos identificar a una gran serie de pacientes con Pancreatitis por trigliceridos mayores de 500 mg/dL. Diagnosticamos a muchos más con colesterol elevado, con afección familiar. Me involucré en la consulta nutricional del hospital, con el reto de corregir estas enormes cifras de lípidos que ponían en riesgo su salud cardiovascular y digestiva.
Posteriormente también tuve una formación en la Clínica de Obesidad, del Hospital Germans Trias i Pujol, en Badalona. El principal reto era preparar a pacientes con obesidad mórbida para llegar en la mejores condiciones posibles, antes de la cirugía; el grado de obesidad usual era de 150 kilos hacia arriba. Un alta proporción de los pacientes eran jóvenes, pero ya solían tener padecimientos asociados como diabetes, hipertensión e hiperlipidemia (trigliceridos y colesterol elevados). El grupo médico de esa clínica no tenía una nutrióloga de planta. Así es que me dieron la bienvenida y me permitieron aplicar mis conocimientos para modificar hábitos de alimentación en los pacintes. Recuerdo que tuvimos los primeros casos de éxito, con pacientes que lograban bajar 10 o hasta 20 kilos en el tiempo de espera. Antes no bajaban nada, porque no les dedicaban tiempo de calidad a revisar sus menus y corregir sus hábitos de alimentación. Descubrimos todos en esa Clínica de Obesidad que la interacción con una profesional de la nutrición, aportaba mejoras en el manejo de los pacientes.
Regresé a la Ciudad de México a finales del siglo pasado (1999), convencida de la importancia de la Nutrición Clínica en el manejo integral de pacientes con enfermedades crónicas; mi experiencia se complementó con un período de práctica nutricional en una clínica privada de Ginecología y Obstetricia en el Hospital Ángeles del Pedregal; luego interaccioné con un grupo de gastroenterólogos del Hospital y Fundación Clínica Médica Sur, así como con cardiólogos de esa misma institución y de la Fundación Mexicana del Corazón.
En algún momento descubrí la impórtancia de no sólo comer sano, sino también comer rico, por lo cual inicé un Diplomado de Cocina Cordon Bleu, en la Universidad Anáhuac, campus Sur, de la CDMX. Por aquellas fechas escribí un libro llamado dietas cardiosaludables, buscando ofrecer opciones sanas y ricas para los pacientes. También he estado involucrada en diversos proyectos de investigación en pacientes con cirrosis hepática o bien con enfermedad por hígado graso de origen metabólico. De igual manera, he tenido mi etapa de asesora en temas de Nutrición con diversas empresas, a través de programas de vida más preventiva y una alimentación más saludable. Asimismo, me he involucrado en temas de educación para la salud dirigidos a pacientes de la asociación civil Amigos del Hígado. Actualmente, tengo mi propio proyecto llamado NARCISO, una plataforma virtual que proporciona un plan de alimentación en línea, con recetas sencillas, nutritivas y ricas, así como contenidos educativos periódicos, para todos aquellos que aspiran a simplificar su vida, a través de prácticas de la buena nutrición aplicables en su día, día.
Han pasado los años y mi experiencia es ya de 20 a 25 años de práctica como Nutrióloga Clínica, con atención de cientos de pacientes, con padecimientos agudos y crónicos, a veces sencillos y otras muy complejos que comprometen su salud. Mi convicción es que todos aquellos que deciden ponerse las pilas y ocuparse de mejorar su estado nutricional lo logran. La motivación mueve montañas. Para aquellos realmente motivados, me siento lista para ayudarles a mejorar o a mantener su salud. Para ellas y para ellos, me sigo preparando y me pongo a su disposición como profesional de la Nutrición...
Curriculum viate breve