Seguridad de la página de inicio

viernes, 03 mayo 2024
Log in

LA ESCUELA DE LA VIDA.

  • Escrito por Gabriela Rodríguez López
  • Publicado en Expertos

¿Cuál ha sido el aprendizaje más significativo de ser madre o padre? A continuación algunas respuestas de mis pacientes. 


“Mis hijos me han enseñado los grandes misterios de la vida, la muerte y cómo enfrentarla, la vida y cómo disfrutarla, y el amor ese que se da sin miedo, solo porque existes.”
“Que no sabes nada, vas aprendiendo en la marcha, así cada día”
“La inspiración que me generan para mostrarles el mundo, me hace feliz y me reta física e intelectualmente”
“Incondicionalmente cuidan lo suyo y a los suyos, mienten para protegerse y proteger lo que quieren, son leales sin que les hayamos enseñado a serlo”
“Son un catálogo en chiquito de todo lo maravilloso que los humanos podemos ser”
“Poder amar a alguien incondicionalmente, aunque sea muy diferente a mi”

Todas las anterios no son sólo respuestas, son reflexiones muy profundas. Por eso, las comparto, conmovida ante sus palabras.

A veces tenemos esta línea cronológica tan marcada sobre nuestra preparación escolar como la fuente del conocimiento. Comienzas con el kínder, primaria, secundaria, etc., y con todos sus exámenes. Sin embargo, considero que es más bien en la escuela de la vida cotidiana, donde no hay calificaciones, donde se encuentra el aprendizaje más grande. Es ahí  donde la interacción con los otros, nos ayuda a aprender, a observar y a dejarnos sorprender.

Los hijos son la escuela de esta vida, nunca avisan que hay examen. Es abrir los ojos por la mañana, si es que no los abriste en la noche, porque te llamaron o se enfermaron, estando pendientes de su sueño toda una noche. En un día común y corriente, te traerán una pregunta nueva ¿Por qué la luna no se cae? ¿Por qué se esponja un pastel en el horno, si era líquido? ¿Dónde viven las catarinas? ¿Y qué pasa con el agua de la lluvia? Todas estas son preguntas de niños y niñas que cuestionan el mundo, que están interactuando y  tratando intuitivamente de entender el lugar en donde viven.

Hace un tiempo, en Terapia, un chico de 17 años me decía, “tengo miedo de ser flojo, es decir, toda la vida he sido flojo”, y yo le preguntaba: “¿Cómo flojo?”, y me explicaba la manera en cómo resolvía sus problemas sociales, intelectuales, así como el camino que escogía para hablar con los adultos. Después de escucharle y relexionar, le dije “¿No te has puesto a pensar que eso es intuición para resolver las cosas por un camino que tu consideras el mejor?, ¿Por qué dudar de cómo resuelves, si al final lo solucionas?. A mi me parece que venimos equipados para preguntar y responder ante lo que ponemos en juicio y vamos al mundo por una respuesta. Todo es digno de ser investigado, todo.

Tenemos una pregunta inherente constantemente, piénsalo en este momento, desde que te levantas en la mañana  vienen las preguntas, desde ¿qué desayunar o cómo vestirte?, hacemos preguntas constantes, unas más profundas que otras, y es así como se da el aprendizaje en la vida. Imagen1


Y luego me viene otra idea, venimos a aprenderlo todo para resolver el día a día, y si el aprendizaje es venir a amarlo todo, así como hacen los hijos, sin importar si mamá está sin maquillaje y a papá le huele la axila. No les importa, aman y mienten por proteger al clan. Y si el amor es incondicional, es el aprendizaje más grande en esta vida, incluso el amor a aprender para resolver. Miremos las noticias, veamos los resultados del precio del dólar, revisemos cómo va el calentamiento global hoy. Siempre estamos alarmados por las noticias terribles o las que deciden aventarnos a la cara. Si miramos y nos quedamos un poco más en la experiencia ¿Cuáles son los aprendizajes más significativos de tu día a día?, ¿Cuándo reflexionas en la noche sobre tu día, qué es lo que más aprecias? La vida es un aprendizaje y los hijos la mejor versión del proyecto. Tenemos que resolver, mirar, entender, reflexionar en la diferencia.

Un amigo me decía que lo que ha aprendido es a hacer acuerdos bilaterales con sus dos hijos, es decir, cada uno pone su sentir y la manera en cómo se ve la vida, alguien cede, otro cede, así aceptando las diferencias de formas. Además, agregaba, "y debo decir que es más fácil con mi hijo pues es más dócil, porque mi hija quiere ser demasiado libre. Soy consciente que al igual que mi  hija fui un dolor de cabeza, y ella me dice no exageres papá. Entonces sonrío y pienso en las veces que hubo acuerdos con mis padres, o no tan acuerdos, pero aprendimos a negociar o no."


Según GG Roman (2012), en la parte de educar a los hijos, tendremos nuestra manera, nuestros introyectos y/o creencias, la manera en cómo aprendimos a ser en la vida, a través de las herencias de aprendizaje que tuvimos anteriormente, porque siempre tendremos la expectativa o el objetivo de querer que salgan las cosas como aprendimos que así debería de ser. Hoy los hijos nos enseñan, a mirar desde otro lado. Ya es su mundo y el nuestro va pasando de moda o es poco comprensible para ellos, así que cierro esta reflexión con “no sabemos nada, aprendemos en el proceso, y si le ponemos amor, como dice una amiga, salen las cosas”, y otras veces no, más así es la vida, una escuela constante.


Elaborado por:


Mtra. Gabriela Rodríguez López
Psicoterapeuta
englishlab2013@gmail.com


Referencias:


Román, G.G. (2012). Tu arte de modelarme. En G.R. Starak, Ser padres gestálticos (págs.. 59-98). España y Australia: Gestatl Art Therapy Centre en Autralia. Recuèrado el 20 de abril de 2022.