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viernes, 03 mayo 2024
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COMPRENDIENDO Y ASUMIENDO LA RESPONSABILIDAD DE LO QUE SENTIMOS ¡VAYA TAREA!

  • Escrito por Mtra. Gabriela Rodriguez lopez
  • Publicado en Expertos

 

Cuando alguien te grita: “¡eres la persona más enfadosa que conozco!”, tu cuerpo recibe eso como un golpe, una contracción, un pellizco, y tal vez después venga la tristeza, el enojo, la confusión de saber ¿de dónde viene esto?

Si recibes un mensaje negativo verbal o no hay varias formas de hacerlo, esto es una propuesta de Marshall Roseberg, más que tomo prestada pues ya pasó el día del amor y la amistad, la propuesta del mes fue reflexionar sobre nuestros vínculos, así que me gusta andar ahora por este sendero.

Así que puedes ir leyendo e identificar ¿cuál comúnmente te sucede a ti?

  • Culparnos:

¡Eres la persona más enfadosa que conozco!, entonces la reacción puede ser: “si, debí haber omitido tal cosa, no debí haber hecho tal otra, siempre la riego!

Es decir, tomamos lo que nos dice el otro y rápidamente nos ponemos el saco y tomamos el juicio del otro y nosotros tenemos la culpa. Esta manera de hacerlo lo aprendimos en algún momento de la vida, más tal vez hoy, podemos mirar otras posibilidades, que es la gana de escribir esto. Más hacerlo así tiene repercusiones pues no nos sentimos suficientes, experimentamos vergüenza, culpa, tristeza, etc.

  • Culpar al otro:

¡Eres la persona más enfadosa que conozco!, entonces reaccionas y dices: “¡No, esto no tiene que ver conmigo, que lo arregle él, que vaya y piense en que tendría que pedirme una disculpa! Y entonces empezamos a alimentar todo para que el otro cargue con eso y no nosotros. Esta manera de hacerlo produce rabia, enojo, enfado, pues además se necesita alimentar esta “idea” y para ello necesitamos la energía del enojo.

  • Percibir nuestros sentimientos y necesidades:

Aquí tendríamos que hacer pausa cuando recibimos este mensaje y en vez de reaccionar inmediatamente, tomar un tiempo para revisar primero cuál es la sensación, tal vez identificar la emoción y en un tercer nivel el sentimiento, más no actuar inmediatamente.

Tal vez la propuesta es que a la frase ¡Eres la persona más enfadosa que conozco!, centremos nuestra atención al cuerpo y tal vez de ahí podamos construir verbalmente algo como: “cuando oigo decir esto de mí, me duele pues no hice esto para lastimar, ya que necesito que reconozcas y veas que no quiero hacer esto, no quiero molestarte, que si veo tus preferencias”. Cuando hablamos de lo que nos hace sentir tal vez hacemos consciencia de que necesitamos que el otro reconozca el esfuerzo de lo que hacemos y con esta frase se invalida lo que si hay.

  • Percibir los sentimientos y necesidades del otro:

Otra manera de hacerlo es al recibir el mensaje de ¡Eres la persona más enfadosa que conozco!, sería pausar y voltear a ver al otro, observar, corporalmente cómo lo expresa, cuál es el gesto, hacerte para atrás y reconocer la percepción, la emoción y tal vez el sentimiento del otro: “Cuando te veo así creo que tal vez y solo tal vez ¿puedas estar dolido porque esta acción te hizo sentir que no tengo consideración contigo e hice que te molestaras”

Es un ejercicio de percibirme y percibir al otro, de tomar la responsabilidad de lo que sentimos, reconocer también lo que impacta en el otro, estamos hablando de expectativas, necesidades, anhelos, creencias, valores, ideas que cada uno de nosotros tiene. Vivimos en comunidad y siempre estaremos impactando al otro de una u otra manera. Entre más nos adentremos en el mundo de nuestras necesidades, pues todos tenemos uno y bien grande, podemos hacernos cargo de ellas y además sabremos expresarlas a los demás. Una misma acción significa radicalmente distinta para otra, no asumamos como “no fue nada”, “no es para tanto”, o de igual manera, lo que tú quieres no es lo mismo que el otro quiere.responsabilidad1

Cada día tenemos oportunidad de tener una diferencia con alguien, es inevitable en el trabajo, escuela, las familias, tomemos estos momentos para probar hacer algo diferente, en vez de culparte, culpar, cambiemos el verbo y tomemos la responsabilidad de revisarnos ¿qué hice yo que te dolió? ¿Cómo podemos mejorar esto? El mundo del otro es diferente al mío, aprender a dialogar y a entender sin asumir es un gran paso.

El mundo de los vínculos nos pertenece a todos, pues todos estamos involucrados con otros, pertenecemos, somos, estamos interconectados, ahora el dilema es ¿cómo asumimos la responsabilidad de lo que siento y cómo me atrevo a ver lo que sientes?

Elaborado por: Mtra. Gabriela Rodríguez López.
Psicoterapeuta

englishlab2013@gmail.com