Para Bayer, México ya está elevando su ´sex appeal´ en investigación clínica
- Escrito por Mtra. Maribel Ramírez Coronel
- Publicado en Especialistas
Aquella aspiración de que en el mapa mundial de ensayos clínicos México pueda brillar, para Bayer ya va siendo una realidad cercana o al menos no tan lejana. Frente a Brasil y Argentina, vamos aún atrasados, debido a que nuestro país ha sido sinónimo de trámites eternos y burocracia.
Pero para Daniel Londero, director de Bayer Pharmaceuticals México, eso ya va cambiando radicalmente.
Asegura que los últimos estudios que Bayer presentó ante el regulador sanitario Cofepris se aprobaron en tres y ocho meses (en los últimos años la tardanza en la respuesta ha sido de 12 meses o más), lo que es un paso determinante para que desde Alemania se empiece a considerar a México en sus ensayos clínicos. El más reciente, nos comenta el directivo de bayer, fue uno de oncología pulmonar; salió tan rápido que México fue el primer país del mundo en dar luz verde. El efecto inmediato: Alemania volvió a colocar a México en el “footprint” global de investigación. Hoy corren diez estudios clínicos de Bayer en el país; la meta de Londero es triplicar el número y la inversión en dos o tres años, y lo ve factible considerando que en Argentina operan ya 30 ensayos hoy en día. Entre los que se ven venir: Parkinson en fase 3 con terapia celular, enfermedad de Pompe, oncología, cardiorrenal, entre otros.

Pero lo realmente sexy es que la innovación no se queda en papers, sino que llega al paciente y el beneficio se extiende a las instituciones médicas y en general al sistema. Bayer tiene dos casos que muestran evidencia contundente de ello.
El primero: Finerenona (Kerendia®) para diabetes mellitus ya convirtió a México en el cuarto mercado mundial; el Estado la compró en la consolidada para 2025-2026 y desde mayo-junio de este año se entrega en IMSS, ISSSTE y en menor proporción en IMSS-Bienestar. Hace menos de una semana se presentaron datos que la extienden a diabetes tipo 1 con enfermedad renal crónica, un problema de salud pública que en México es enorme y creciente; la nueva indicación en este sentido ya está en camino.
El segundo: el nuevo factor VIII de acción prolongada para hemofilia A que para el tamaño de la compra que hizo el Gobierno mexicano, casi nos hizo líderes globales en este mercado el mes pasado. La inyección de la farmacéutica alemana (que se compró tanto para IMSS e ISSSTE y un poco para IMSS Bienestar) protege siete días, es decir se toma una vez a la semana en vez de 2 ó 3, y ello facilita la adherencia al tratamiento; además Bayer ofreció llevarlo a la puerta de la casa del paciente en cualquier rincón del país, con un software propio que avisa y garantiza trazabilidad. Es una innovación que promete prácticamente normalizar la vida de los niños con hemofilia para que lleguen a los 80 años caminando, es decir sin secuelas.
La receta, según Londero: diálogo abierto con autoridades, evidencia económica irrefutable (evitar diálisis o trasplantes ahorra cientos de miles de pesos por paciente al año) y la decisión de traer producto bajo riesgo antes de tener contrato firmado. “No todas las empresas pueden asumir ese riesgo, pero lo hicimos y pudimos cumplir”, apunta.
Londero destaca que un pilar clave de la estrategia de Bayer está en la educación médica. De nada sirve la mejor molécula, comenta, si el médico no la conoce o la paciente la abandona.
Escrito por: Maribel Ramírez Coronel.
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