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miércoles, 16 octubre 2024
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Sobre el escurridizo y oculto sosiego

  • Escrito por Dr. Jorge Luis Poo
  • Publicado en Especialistas

 Reflexiones sobre el sosiego

Para ti, mí querida hija Renata, futura Ingeniera en programación de mundos mejores. 

Te cuento que a menudo aconsejo a mis pacientes que busquen lo contrario del estrés. Y entonces, les pongo a pensar…

¿Y qué es lo contrario al estrés? 

Acepto que no es fácil encontrar lo que uno no acostumbra utilizar y por lo tanto no hace falta buscar. 

Pero, aprovechando que ahora vivirás en tierras gallegas, que por algo será, he encontrado un poema de Rosalía de Castro, la ilustre poeta gallega, que te quiero regalar. Y te digo regalar, porque hace ya mucho tiempo aprendí que “la poesía no es de quien la crea, sino de quien la necesita.”

Y aquí va la pequeña gran poesía de Rosalía.

 

Busca y anhela el sosiego

Busca y anhela el sosiego…
mas… ¿quién le sosegará?
Con lo que sueña despierto,
dormido vuelve a soñar.
Que hoy como ayer, y mañana
cual hoy, en su eterno afán,
de hallar el bien que ambiciona
-cuando sólo encuentra el mal-,
siempre a soñar condenado,
nunca puede sosegar.

 

El sosiego es paz, tranquilidad, serenidad. Este estado puede ser físico o espiritual. 

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Una persona que, desde que se despierta, no puede descansar ni un minuto debido a sus actividades y obligaciones, entenderá el sosiego como aquel momento en que puede sentarse o recostarse sin tener nada que hacer. En cambio, un estudiante que se siente nervioso por un futuro examen o la fecha ya muy justa de entrega de un proyecto, no experimentará el sosiego hasta realizar y pasar el examen o entregar el proyecto y salir de la situación que lo angustiaba.

 

Dicen que en el mundo de Pokémon, una de las series japonesas más exitosas de todo el mundo, que cuenta con videojuegos, dibujos animados y películas, entre otros productos, existe un pueblo de nombre Sosiego, ubicado al noreste de Sinnoh. Se encuentra al oeste de las Ruinas Sosiego, donde habitan los Unown, autores de una serie de inscripciones que esconden la ubicación de un tesoro.

 

El escritor español Ramiro Calle es autor de un libro titulado «La ciencia del sosiego». Aunque la palabra ciencia puede intimidar o parecer fría, no olvidemos que la ciencia es sabiduría, conocimiento, destreza y habilidad que nunca deben faltar en nuestra cocina. 

 

En su libro, Calle, expone su teoría del sosiego y la calma interior, una experiencia de intensidad y profundidad insuperables, con el poder de transformarnos y de ponernos en contacto con nuestro lado espiritual.

 

Y aquí, mi querida hijita, es donde quería llegar. El sosiego nunca es una casualidad. Es el resultado de un esfuerzo, el fruto de una búsqueda espiritual y física.

 

Según Francés Torralba, catedrático de Ética, de la Universidad de Barcelona, “El gran obstáculo al sosiego es la dispersión del alma, ya sea de orden mental o emocional. El sosiego exige la renuncia a desear estar en todos los sitios; la renuncia a ocupar todos los lugares, a leerlo todo, a conocerlo todo. La obsesión por hacer cuantas más operaciones sea posible en el mínimo intervalo de tiempo.”

 

Y entonces, parece que el mundo confabula para que no alcancemos la calma, porque no es fácil desapegarse de nuestros pendientes, ocupaciones o motivaciones. Por ello, el mismo Torralba nos recuerda algunas sencillas prácticas para lograr esa paz, esa tranquilidad.

 

“Pasear por el mismo camino una y otra vez. Releer el mismo poema una y otra vez. Contemplar el cielo estrellado en invierno y en verano. Contemplar como fluye el rio ahora y mañana. Sólo la reiteración del mismo acto hace posible que el paseante logre escuchar el camino, la llamada paz interior.”

 

Recuerda la frase que les compartí, desde pequeñas, a ti a tus hermanas.

 

«La répétition t'a approche à la perfection.»
La repetición te acerca a la perfección.

 

Jajaja, tal vez hermosa y sencilla, pero a la vez podríamos decir que la paz interior es tan extraña como insólita en la vida cotidiana. Justo cuando la Uni o el Trabajo nos repiten, “estudiar, trabajar y luchar”, acciones que son la esencia de la existencia humana.

 

Por ello, me parece iluso buscar un sosiego total porque es casi lo opuesto del activismo, del yo pienso, del yo sueño, del yo reflexiono, del yo camino, del yo exploro y del yo aprendo. Prefiero entonces buscar sosiegos parciales, pequeñas pausas, paréntesis de tiempo, que permitan acceder a un oasis de descanso, olvido temporal, tranquilidad relajadora, paz mental que aunque transitoria resulte purificadora  y renovadora. 

 

Entonces querida hija mía, además de bien dormir, que ayuda a descansar la parte física de nuestra humanidad, también requerimos momentos de sosiego, para la mente, tiempo para uno mismo, sin necesariamente vaciar de actividades la vida personal, pero sí pausas generosas que permitan deshacerse del lastre acumulado de agobios, pesares y ansiedades y cargarse de otro tipo de energía, la del equilibrio, para continuar alegre, airoso y jubiloso en el camino.  


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Escrito por Dr. Jorge Luis Poo

Alérgico al analfabetismo voluntario, a la ley del mínimo esfuerzo y a la hipocresía.

Coleccionista de palabras.