LA FIJACIÓN DE LA CREENCIA
- Escrito por Dr. Jorge Luis Poo
- Publicado en Especialistas
En tiempos de pandemia, muchos dicen "poseer el conocimiento" y tan convencidos están que deciden compartir sus saberes. El espectador puede evitar los diversos saberes, pero en este mundo post-moderno en el que vivimos, no es fácil apartarse y eludir el bombardeo de información que además pretende justificarse con piadosos mensajes que prometen orientarnos a prevenir males mayores y a actualizarnos sobre las muertes díarias por COVID, como si fuera un producto de primera necesidad. La mayor parte del discurso de esos saberes genera un ambiente de miedo para que te encierres en tu casa y consumas diversos remedios que supuestamente ayudan a prevenir o atenuar la furia del COVID, pero también se orientan a culpar a los demás de la pandemia, particularmente al Gobierno, a las autoridades en turno y a los que no se cuidan. Sin embargo, ¿que tan ciertos son esos saberes?, ¿Puedo uno confiar en ellos?, ¿Debo aplicarlos a mi vida diaria?.
En realidad todos tienen derecho a poseer el conocimiento. Pero, ¿será lo mismo el saber, que la creencia?, ¿qué pasa si algunos de los conocimientos son contradictorios?
- "Usa cubrebocas para salir a caminar o correr."
- "No hace falta que uses cobre-bocas al salir a caminar o correr."
- "Toma Dióxido de Cloro e Ivermectina para prevenir."
- "No hace falta que tomes Dióxido de Cloro ni Ivermectina."
- "Vacúnate."
- "Mejor no te vacunes."
Entonces, ¿quién posee el saber ? y ¿a quién le hago caso?
Algunos dirían que no tienen porqué cambiar sus creencias, ¿para qué?, ¿porqué la voy a cambiar?, si con mi creeencia yo me siento bien.
Pues tal vez sea válido elegir el sentirse bien cada uno con su creencia, pero a veces el dilema existe. ¿Me vacuno o no vacuno?, ¿Utilizo el cubre-bocas para salir a hacer ejercicio, o no ?. Es decir, ya llegó la duda a mi vida. La bendita duda, ese sentimiento de malestar o de ambivalencia, que resulta positivo porque invita a la indagación, ese maravilloso instinto de no quedarse sin saber.
La voluntad de saber es conocer que existen polos opuestos que van desde los dogmas (sostener una verdad, sin sentirse obligado a dar razones) hasta el escepticismo (cuestionarlo todo, porque es mejor dudar). Y entonces surge la voluntad de evitar navegar en el mar de los prejuicios (creencias aceptadas ya sean religiosas, políticas o sociales), de las verdades tribales (por que lo dice mi grupo, mi clan, mi gente) de la post-verdad (cuando los hechos objetivos tienen menos influencia que los factores emotivos, una especie de mentira piadosa que acomoda) o bien dudar del crítico acérrimo que lo cuestiona todo.
Y estando así las cosas, nos llega el escrito perfecto, un libro de Charles Peirce, llamado "The Fixation of Believe" o en español, la Fijación de la Creencia. En su discurso nos dice que la finalidad de la indagación es precisamente, la fijación de la creencia. Según el autor existen 4 formas o métodos para realizar una indagatoria , los cuales desarrollaré y adaptaré a nuestros tiempos aunque me base en la obra original de Peirce.
Método de la Tenacidad
Método de la Autoridad
Método a Priori
Método Científico
Se escriben en ese orden por su capacidad de formar creencias duraderas.
La TENACIDAD, como su nombre lo índica, es una fuerza que impulsa a continuar con mucho empeño hasta conseguir lo buscado. Pues bien, en esa búsqueda del saber sobre la Pandemia por COVID-19, la creencia para algunos que el virus no existe, que es un invento maquiavélico de ciertos políticos o gente poderosa para engañar, para paralizar y para controlar a los seres humanos. De hecho, la teoría conspiracionista tiene muchos seguidores y cada uno elabora sus argumentos para demostrar que es bien cierto y que incluso el virus fue creado en un laboratorio clandestino para controlar a los demás. Para algunos este método tiene la ventaja de disipar rápidamente la duda y fijar una creencia que les da una tranquilidad y les permite quedarse en paz. Sin embargo, para Peirce este método no es muy recomendable ya que el impulso social está en su contra. Si vivieramos en una comunidad pequeña y aislada tal vez funcione pero al vivir en comunidades abiertas e incluso virtuales es muy posible que nos expongamos a muchas otras opiniones y entonces surgirá de nuevo la duda, que nos obligará a una nueva indagatoria.
El método de la AUTORIDAD suele ser atractivo. Dejo en manos de otros la indagatoria y yo simplemente la sigo. Me apoyo en mi presidente, en mi rey. O bien, sin darme cuenta, la propia autoridad limita mi indagatoria y trasmite su verdad como algo correcto y no sujeto a polémicas. Podria ser que la AUTORIDAD que uno siga sea un ser inteligente e incluso sabio, pero podría ser que sea un auténtico idiota, un político autoritario y tramposo. Aunque pensaría uno que eso solo ocurre en Corea del Norte o en Cuba, lo sorprendente es ver ejemplos de esa naturaleza en EEUU, México, Venezuela o Brasil. Dicen que para muestra sólo basta un botón. ¿Recuerdan a algun lider que organice mítines tumultuosos, sin apegarse a la sana distancia o uso de cubrebocas?. Independientemente de la autoridad o lider, los que eligen fijar este tipo de creencia lo hacen porque les trasmite paz. Al menos, hasta que les surge de nuevo la duda.
El método A PRIORI, se apoya en la luz de la razón. La indagatoria regresa de nuevo al individuo quien aplica su búsqueda a identificar todas las bases teóricas que le permitan esclarecer sus dudas para alcanzar la fijación de su creencia. En las ciencias naturales, existen mucha información y de pronto encuentra uno que diversos remedios cpntra el COVID-19 son teóricamente, a priori, útiles para eliminar el coronavirus. La razón entonces esta de mi lado y yo construyo mis creeencias en base a una teoría basada en esas evidencias básicas. A PRIORI es posible que funcione, pero en la practica no siempre ocurre así. En la escuela de Frankfurt, Theodor Adorno y Max Horkhaimer destacan la razón subjetiva y la razón objetiva. Además alertan sobre un tipo de razón que se utiliza como un instrumento de dominio de la naturaleza y del otro sustentado en conocimientos teóricos que no necesariamente han sido probados, pero el lider dice que son tan lógicos que no hace falta hacerlo. Así muchos, deciden utilizar el Dióxido de Cloro, por ejemplo, sin que haya una demostración fehaciente de su efectividad. Lo ingrato es que la razón, como forma de aprender la verdadera naturaleza de las cosas, pasa a ser un concepto anticuado, ya que se le usa para fijar una creencia que puede tener resultados no probados. David Hume decía que la razón es el esclavo de las pasiones.
La critica principal a estos tres métodos es que la razón depende de alguna manera de la voluntad humana, ya sea una persona que se aferra a una creecia, la infalibilidad de una autoridad o bien la razón a priori dada por un ilustrado teórico. Surge entonces la necesidad de tener un método por el que nuestras creencias puedan ser fijadas "no por algo humano" sino por algo externo, algo sobre lo que nuestro pensamiento no tenga ningún efecto. Peirce dice que el método tiene que ser tal que la conclusión final de todos los hombres sea la misma. Y ese es el método de la ciencia.
El Método CIENTÍFICO, se basa en una serie de reglas cuyo cumplimiento dan validez a sus resultados. Si no se sigue las reglas, se viola el protocolo del método. Para usar este método se requiere una hipotesis que debe ser sometida a prueba. La hipotesis es un enunciado sustentado en información o indagatorias previas que imaginan o presuponen un resultado que deberá ser verificado. Pero, solo a través de la ejecución del método o experimento, se podrá alcanzar a ratificar la hipótesis o a desecharla. Si la hipotesis dice que "el Dióxido de Cloro" es eficaz para eliminar el virus del COVID-19, de la sangre de los pacientes con infección aguda grave. Entonces, el método exige que se utilizan pacientes con criterios especìficos de la enfermedad. Por ejemplo, todos hospitalizados (o no), todos con hipoxia que requiere oxígeno (o no), todos intubados (o no) o todos con TAC de tórax que demuestre Neumonía. Entonces, el método exige que a todos los pacientes participantes se les proporcione los mismos cuidados que se consideran estandar para el tratamiento. Luego, al azar, a un grupo de ellos se les dará "el Dióxido de Cloro" y a otro "un Placebo" por 14 días. Ambos remedios deberán ser de características externas idénticas de tal manera que ni el médico, ni la enfermera que lo administra ni el paciente que lo reciba pueda saber de qué se trata. Al final, solo hay un vencedor, el conocimiento de si el fármaco en estudio resultó o no superior al placebo. La historia muestra que muchos experimentos fallan y no se demuestra la eficacia de una buena hipótesis.
Implementar un experimento científico no es facil, pero tampoco imposible, si se hace como trabajo de equipo. Si yo creo que mi vacuna es buena, deberé probarla y eso cuesta mucho, pero mucho dinero. Al final, si demuestro, en base al apego a las reglas del método, que resulta superior al placebo, entonces alcanzo un conocimiento y puedo fijar una nueva creencia.
Antes de terminar este diálogo sobre EL SABER Y LAS CREENCIAS y particularmente al relacionado con el área de la salud, conviene mencionar que en Medicina no siempre se utiliza el método científico. A veces, amparados en la bata blanca, diversos médicos recomiendan algo que para otros no esta comprobado. Por ello hemos preparado un artículo específico llamado la Medicina Basada en Evidencia. Mientras que lo leen y de manera resumida, les comentamos que hay niveles de robustez del conocimiento, desde la recomendaciòn de un mèdico famoso que se considera una autoridad en el tema (por ejemplo, un paciente puede decir, "lo creo porque lo dice el Dr. SIMI"), o bien el conocimiento basado en anécdotas (ya sea de un caso o bien de una serie de casos que fueron curados de algo, tomando algo), Otra opción son los estudios descriptivos de casos y controles y finalmente los estudios controlados doble-ciego, con asignación aleatoria. Estos ùltimos se consideran los màs estrictos y rubustos para alcanzar un conocimiento.
Por eso, nos debemos preguntar, en base a qué tipo de evidencias fijamos nuestras creencias.
Lo que caracteriza al hombre cientifico no es el saber, sino el el amor al saber.
Finalmente, es justo decir que estos métodos aplican solo para generar creencias de los sucesos de la naturaleza, donde las cosas pueden medirse con bastante precisión. No aplican para otros saberes, muy valiosos y misteriosos de los cuales se ocupan los maestros y los sabios de la religión o de la filosofía.
Referencias:
1. Acceso al documento original de la Fijación de la creencia, publicado en noviembre de 1877. https://en.wikisource.org/wiki/The_Fixation_of_Belief
2. Adorno, Theodor y Horkheimer, Max. Dialéctica de la Ilustración. Fragmentos filosóficos Madrid. Trotta. 1998.