RECONOCIENDO MI INFANCIA.
- Escrito por Mtra. Gabriela Rodríguez López.
- Publicado en AMHI-Blog
Llegó abril y con ello un nuevo tema de reflexión ¿a qué les suena? Vacaciones, calorcito, diversión y día del niño, al menos esas son las palabras que vienen a mí. Ahora la niñez como la concebimos es una construcción social que no siempre estuvo reconocida, de hecho, en la concepción judeo-cristiana cuando los niños morían jóvenes (antes de los 7 años) se enterraban vestidos de angelitos y a partir de los 7 que se convertían en adultos (además era cuando se celebrara la confirmación) ya se vestían con formalidad, como vemos no siempre hubo el concepto niñez como hoy lo tenemos.
Es a partir del siglo V que al infante se le da el atributo de inocencia, antes ni siquiera tenían espacio en los cementerios, y eran tan comunes las muertes tempranas que hasta que los niños “no se lograban” tenían espacio en la sociedad. Esto suena fuerte leído en este siglo, aunque tristemente en muchas regiones, incluido nuestro país México el trabajo infantil no está permitido y, sin embargo, se sigue aplicando sin paga o con mucho menor valía, con esto no quiero causar tristeza, sino al contrario revisar la historia del concepto niñez, pues sin este no tendríamos un día dedicado a la infancia. Bueno dejemos aquí la parte histórica, por lo menos un rato, perdonen es una desviación de mi obscuro pasado y la necesidad intrínseca que hay en mí de recuperar la construcción social.
Así que entonces, celebramos el día de los niños y las niñas del mundo en este mes, y te pregunto a ti adulto ¿qué es lo que más disfrutabas cuando eras niño? ¿Qué hacías para divertirte con tus amigos, hermanos, pandilla? ¿Sí pudieras poner una metáfora a tu niñez cuál sería? Así que cierra un momento los ojos y transpórtate a tu cuadra, tu barrio, tu colonia, edificio, cancha, patio, etc. Eres niño o niña: ¿qué olores hay? ¿Qué hacías? ¿Cuál era la parte favorita del día? ¿Comías helado? ¿Jugaste resorte? ¿Recolectaste renacuajos? ¿Leías para imaginar un mundo diferente? ¿Dibujabas y hacías magia? Puedes contestar mentalmente estas preguntas y como siempre me encantaría que nos compartieras algunas de esas historias, que seguro tienes muchas de ellas.
Lo cierto es que la niñez tiene ciertas cualidades que de grandes parece que son penosas mostrarlas como reír sin vergüenza enseñando todos los dientes, poder decir las cosas sin pensar qué dirán los demás, imaginar mundos distintos, parece que podíamos adaptarnos a distintos mundos, aún si nuestro alrededor no era tan sano o apto para el desarrollo y el crecimiento. Lo cierto es que había una capacidad de asombro, y esto es algo de lo que más admiro en los niños ¡la novedad de los insectos! Maravillarte porque la luna no se cae y aparece cada noche, que el arcoíris se pinte de vez en cuando y las hormigas caminen en hilera, sin olvidar que las olas van y vienen.
Te propongo una experiencia
- Siéntate en un lugar cómodo, solo o invita a alguien que te acompañe.
- ¿Qué tienes enfrente? Un parque, el jardín, tu perro respirando cómodamente, los inventos de hoy en día, un libro, el tiradero de tu casa, simplemente OBSERVA.
- Podrías nombrar lo que ves, a quien ves, el paisaje que ves de manera divertida, viendo lo que, SI HAY, lo novedoso, imagina que es la primera vez que los miras con estos ojos.
- Después de algunos minutos ¿qué sucede?
A veces hemos minimizado la capacidad de describir con asombro y novedad, es todo tan cotidiano más si lo miras detenidamente, no es cotidiano que las hormigas caminen en línea cargando hojitas, tampoco que tu perro mientras duerme tenga sueños y entonces haga movimientos involuntarios como mi perrita en este momento, y me pregunto “¿qué estará soñando? Tal vez que tiene una croqueta gigante y puede morderla, o tal vez está jugando con su compañera de forma divertida, precisamente hacer eso, abrirte al asombro y usar la imaginación es lo que caracteriza a los niños, practicar ver el mundo desde esta visión es algo que podemos cultivar
Compártenos tu experiencia de la novedad y el asombro.
“Por cierto cuando yo llego a la heladería me descubro asomándome al interior de los congeladores imaginándome los sabores a partir de los colores que tienen esos botes … y casi siempre pido varias probadas antes de elegir, me gusta experimentar ese sabor de helado sin miedo a que digan, ahí viene la que pide muestras”
Elaborado por:
Mtra. Gabriela Rodríguez López
Psicoterapeuta
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