SALUD, UN TERRENO DISPAREJO PARA LAS MUJERES

 

En México las mujeres representan casi dos terceras partes de las personas ocupadas en el sector salud que conforme la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI en 2021 sumaron 3.79 millones. Ello es congruente tanto con la matriculación en universidades que imparten la carrera de medicina, como con el estándar internacional que indica que 70% del personal de salud está compuesto por mujeres. Donde no es congruente es cuando vemos las posiciones de decisión. En el mundo, 25% de las mujeres en el sector salud tienen posiciones directivas o de liderazgo, mientras que en México esa proporción es de apenas 6%; cuatro veces menos.

Es decir, pese a que el sector salud mexicano está sostenido operativamente sobre todo por mujeres, éstas no están representadas en las áreas donde se toman las decisiones. Y si las mujeres no toman las decisiones en el sector difícilmente van a cambiar las cosas. Son parte de los datos contundentes presentados ayer por Sofía Ramírez Aguilar, directora de la iniciativa @MéxicoCómoVamos como parte de un proyecto para visibilizar las brechas de género en el sector salud. Todo ello, a partir de una propuesta y financiamiento de Grupo Sohin y su directora, la empresaria Juana Ramírez, gran líder inspiradora en el mundo de los negocios y de la salud. Otro dato revelador de la situación que vive el segmento femenino dentro del ramo de salud tiene que ver con la brecha salarial: Las mujeres que logran llegar a niveles directivos ganan menos que los hombres. Por cada 100 pesos que gana un directivo varón, una mujer directiva gana menos de 82 pesos. Una brecha superior a 18% que está presente en todas las ocupaciones dentro del sector salud, salvo en enfermería. La buena noticia es que el nivel salarial de enfermería durante la pandemia logró ascender significativamente. 

Son varias razones por las que existen y se perpetúan esas brechas; entre ellas, los hombres ganan más que las mujeres porque no tienen que interrumpir su trayectoria laboral para cumplir con metas y roles familiares y de género. Las mujeres empleadas en el sector salud, además de su jornada laboral, trabajan el equivalente a otra media jornada en trabajo del hogar no remunerado, tres veces más que los hombres. Sucede en otros sectores, pero aquí se pudo medir con certeza. Otro factor determinante es la informalidad. Cuando se tiene un empleo sin vínculo laboral, tampoco se tiene acceso a seguridad social ni a guardería u otros respaldos. Aun cuando la informalidad laboral es menor en el sector salud que en la economía en su conjunto, las mujeres del sector salud trabajan con mayor frecuencia en empleos informales: 1 de cada 4 mujeres en el sector tiene un trabajo informal, mientras que en hombres es 1 de cada 5.

¿Por qué es importante tener más mujeres en posiciones directivas? Porque pueden ser impulsoras legítimas de esquemas favorables a la maternidad, paternidad y guarderías o estancias para infantes. Las mujeres en posiciones directivas pueden ser más susceptibles a los roles familiares de crianza, cuidados y labores del hogar, y ejercer su posición desde esa perspectiva.

Estos datos se presentaron ayer en el evento Medicina con M de Mujer, y se discutieron en el panel “El problema de la equidad laboral en el sector salud” -que me tocó moderar-, todo ello previo al estreno del documental “Las mujeres de la medicina mexicana” donde me hicieron el honor de incluirme al lado de mujeres médicas apasionadas de su profesión. Lo mejor es que este esfuerzo tendrá continuidad con un Observatorio sobre la posición de las Mujeres en el Sector Salud que se mantendrá en @MéxicoCómoVamos y un próximo Programa de Alta Especialidad para Mujeres en el Sector Salud que más adelante se estará lanzando.

Escrito por Maribel Ramírez Coronel.
maribel.coronel@eleconomista.mx
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