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viernes, 26 abril 2024
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Inflamación del hígado por medicamentos



La Dra. Begoña Sacristan Logroño, especialista en sistema digestivo nos dice que la hepatitis es la inflamación del hígado y puede producirse por varias causas, las más comunes son: los virus (A, B , C), el alcohol, la grasa, y, además, por el consumo de fármacos o sustancias tóxicas. A esta inflamación hepática se le denomina hepatitis tóxica. A ella se refiere esta nota divulgativa.

 

Hay muchas sustancias que pueden inflamar el hígado, en general se encuadran en dos categorías:

- Sustancias que siempre son tóxicas y que al entrar en contacto con nuestro organismo es muy probable que produzcan la hepatitis. Se trata de insecticidas, plaguicidas, fósforo, setas venenosas, drogas ilegales... También cabe la posibilidad de que algunos medicamentos que a la dosis habitual son inofensivos sean tóxicos cuando se toman en mayores cantidades, esto sucede con el paracetamol. La dosis recomendada es de 2-3 grs. al día, pero puede provocar una hepatitis aguda grave en caso de dosis mayores.

- Sustancias que no es habitual que inflamen el hígado, pero en algunas personas determinadas sí son tóxicas. A este grupo pertenecen todos los medicamentos, es decir, son sustancias inofensivas para el hígado pero que cuando las toman algunas personas (se calcula que 1 por cada 10.000) les produce una hepatitis.


Los fármacos más implicados en esta reacción son los antibióticos (eritromicina, amoxicilina-clavulanico, etc.), los antinflamatorios (ibuprofeno, naproxeno), medicamentos para disminuir el colesterol (estatinas) y no porque sean sus moléculas más dañinas, sino porque son los medicamentos que más se utilizan y eso aumenta la probabilidad de hepatotoxicidad.

Es de reseñar la posibilidad de que productos de herboristería, tomados como «inofensivos por naturales» puedan producir hepatitis. Las plantas medicinales más frecuentemente asociados son: alcaloides pirrolicidínicos (Senecio vulgaris, etc.), Teucrium chamadrys, Atractilys gummifera, Callilepsis laureola, hierbas chinas, Celedonium majus, Senna y cáscara sagrada, Chaparral, Camelia thea.

El hígado es el laboratorio inteligente del cuerpo, transforma las sustancias que ingerimos para convertirlas en materia de desecho que se eliminará con la bilis o con la orina. En este proceso de transformación o metabolismo es cuando tiene lugar la lesión en el hígado y dos son los motivos: bien una reacción alérgica o bien por un fallo en la cadena de transformación debido a un defecto genético (la persona nace con él) de las enzimas o sustancias encargadas de llevar a cabo el metabolismo. Por tanto, la sustancia tóxica se acumula e inflama el hígado.

Los síntomas aparecerán en unas pocas horas en el caso de las sustancias tóxicas predecibles, pero pueden tardar semanas o meses en el caso de las sustancias no tóxicas o impredecibles.


Los síntomas son los mismos que en cualquier hepatitis. Siempre que el hígado se inflama puede producir cansancio, pérdida de apetito, malestar abdominal, náuseas, color amarillo de la piel, heces parecidas a la arcilla, orina oscura, fiebre. La intensidad de las molestias es muy variable, de manera que en algunas personas puede ser tan leve que no se llegue a saberlo, o bien se descubra la lesión porque se hacen unos análisis por otra causa.

No se dispone de ninguna prueba que nos verifique que la inflamación se debe a toxicidad. Cuando el médico descubra una hepatitis (elevación de transaminasas y bilirrubina) lo que hará es preguntar al paciente por todas las sustancias ingeridas en los meses previos y estudiar todas las causas posibles de hepatitis.

Una vez descartadas las etiologías conocidas y si se puede establecer una relación temporal entre la toma de la sustancia y la inflamación se concluirá en el diagnóstico de hepatitis tóxica.

Claro está que se puede asegurar el diagnóstico si el paciente vuelve a tener síntomas y alteraciones analíticas si toma otra vez la sustancia responsable. Obviamente, no se lleva a cabo esta medida por el riesgo que supone para el paciente. La prudencia dicta aleccionar al paciente para que esté alerta y evitar la sustancia sospechosa.

Acudir a su médico si tras la toma de un nuevo medicamento o complemento alimenticio o producto de herboristería aparecen molestias como cansancio, inapetencia, orina oscura. No tirar el medicamento para que su médico pueda estudiar la relación de esa sustancia con la lesión hepática.


1.- Evitar la automedicación.

2.- Evitar suplementos alimenticios siempre que se haga una dieta rica y variada en el marco de un estilo de vida saludable.

3.- Los estados carenciales (falta de vitaminas, minerales...) deben ser valorados por su médico, que establecerá el tratamiento que corresponda. Lo mismo cabe decir de regímenes de adelgazamiento.

4.- También se debe evitar el consumo simultáneo de varios complementos alimenticios o consumirlos en exceso de lo recomendado.

5.- Si está tomando medicamentos o si padece alguna enfermedad debe consultar a su médico antes de iniciar el consumo de complementos, suplementos o productos similares.

6.- Debe evitarse la adquisición de estos productos por canales alternativos que no ofrezcan garantías en cuanto a la procedencia del producto y el control de su proceso de fabricación. Comprar productos por Internet, correo ordinario o directamente de particulares puede suponer un riesgo.

Referencias:

http://www.larioja.com/20080916/sociedad/inflamacion-higado-medicamentos-20080916.html