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domingo, 19 mayo 2024
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POSTRES QUE NUTREN

Los postres simbolizan un pequeño platillo, lleno de colorido y de exquisito sabor que se sirve al final de la comida o de la cena. La idea es cerrar con broche de oro una deliciosa velada. Para algunas personas es la mejor parte de la comida.  Comer un postre de vez en cuando no representa un problema. Sin embargo, si se acostumbra un consumo constante, puede repercutir en nuestro peso y en nuestra salud. Entérate de nuestros consejos a la hora de preparar tu postre para que sea lo más nutritivo posible. 

Muffins avena portada

Etimologicamente la palabra postre se origina del latín, posterum que significa después o al final de la comida. Los postres simbolizan un pequeño platillo, lleno de colorido y de exquisito sabor que se sirve al final de la comida o de la cena. La idea es cerrar con broche de oro una deliciosa velada. Para algunas personas es la mejor parte de la comida y culturalmente, en la alta gastronomía de los pueblos se ha generado el concepto de reposteria como el arte de los postres. 

Aunque generalmente la palabra postre invoca un alimento sólido, de sabor dulce, también existen postres salados, amargos y agri-dulces. Algunos no son sólidos, sino líquidos, pero lo usual es que todos ellos compartan una buena cantidad de azucares. Y es allí donde puede radicar el problema.

De hecho, para sobrevivir, nuestro cuerpo necesita de glucosa. La glucosa es el principal alimento del cerebro y es una fuente muy importante de combustible para todo el cuerpo. Sin embargo, no hay necesidad de añadir glucosa a la dieta en forma de azúcar simple, ya que muchos alimentos lo contienen en su forma natural. Además de que el cuerpo tiene la capacidad de generar la glucosa que necesita a través de otros alimentos como los hidratos de carbono complejos, las proteínas e incluso las grasas. Es por eso que la OMS dice que el azúcar no es necesaria para la vida.

La OMS recomienda que, si se ingieren azúcares libres (como azucar), aporten menos del 10% de las necesidades energéticas totales, lo que equivale aproximadamente a 50 g por día (10 cucharaditas, cafeteras). Pero, recuerda que se pueden observar mejoras en la salud si se reduce la ingesta a menos del 5% lo que equivale a 25 g al día (5 cucharaditas). 

Algunos azúcares se encuentran naturalmente en los alimentos, en las frutas, las verduras y la leche, por ejemplo. Pero estos son considerados azucares naturales, que, si se ingieren en las medidas adecuadas, no resultan dañinos para nuestro cuerpo ya que va acompañado de otros nutrientes positivos para su salud, vitaminas, minerales y fibra, por ejemplo. El caso de la miel amerita una mención especial ya que  es utilizada desde hace miles de años en todo el mundo, ya sea como saborizante de brebajes, alimento o medicamentos. Su composición es variable, sin embargo su principal componente son carbohidratos en la forma de monosacáridos como la fructosa y la glucosa, así como disacáridos tales como maltosa, isomaltosa, maltulosa, sucrosa, turanosa y nigerosa. Estos ingredientes son los responsables del intenso dulzor de la miel. Además contiene oligosacáridos como la anderosa y la panosa; enzimas como la amilasa, peróxido oxidasas, catalasa y fosforilasa ácida; además contiene aminoácidos, algunas vitaminas B, C, niacina, ácido fólico, minerales como hierro y zinc, y antioxidantes. Por todo ello, es justo decir que la miel es mucho más completa que el azucar de mesa, pero también debe consumirse con medida.

Debemos tener cuidado con los postres que están hechos principalmente de azúcar simple, que casi siempre son los industrializados, ya que aportan una cantidad extra de carbohidratos a nuestra dieta. Conviene también tener cuidado con el consumo excesivo de aquellos productos-snack que se disfrazan de saludables porque contienen cereales (alegría, granola, avena con miel), leguminosas (garbanzos y lentejas), frutas (mango o manzana con chile) y verduras dulces (como zanahoria, betabel o camote) ya que representan aporte extras de carbohidratos, que deben ser tomados en cuenta por el nutriólogo al calcular tu menú. Comer un postre de vez en cuando no representa un problema, sin embargo, si se acostumbra un consumo constante, puede repercutir en ganancia de peso y en nuestra salud. Es por eso que debemos cuidar el tipo y la porción del postre que elegimos.

Un postre saludable se considera aquel que está compuesto por ingredientes nutritivos, integrales y lo más naturales posible, que ofrecen a tu cuerpo la opción de nutrirte mientras disfrutas de lo que comes. Por ello, a continuación de compartimos algunos consejos prácticos para que un postre se considere "nutritivo y saludable":

Tips 3 postres

Ingredientes recomendados para la elaboración de postres:

Huevo, lácteos descremados, yogurt natural sin azúcar o light, cocoa (sin azúcar añadida), canela, cardamomo, chía, linaza, harina integral, salvado de trigo, hojuelas de avena, amaranto, quinoa, nueces, semillas en general, frutas frescas de temporada, verduras de sabor dulce como zanahoria o betabel.

Ingredientes a evitar:

Azúcar de mesa, mermeladas, harinas refinadas, fruta cristalizada, en almíbar o deshidratada, tortillas de harina. 

Lo ideal es acostumbrarse al sabor natural de los alimentos, poco a poco disminuye el consumo de alimentos muy dulces y así lograrás reeducar a tu paladar. La meta es lograr postres equilibrados en su composición de ingredientes. Pretendiendo evitar a los que tienen alto contenido de azúcar y grasa.

Referencias:

1. Organización Mundial de la Salud. Ingesta de azúcar en adultos y niños. 2018

2. Federación Mexicana de Diabetes. Postres seguros y Saludables. 2018

Artículo de Divulgación revisado y adaptado por el Dr. Jorge Luis Poo. Hepatólogo Clínico, miembro del Comité Editorial de tu portal AMHIGO y fundador del Grupo Mexicano para el Estudio de las Enfermedades Hepáticas. También fue revisado por la Nut. Maite Muñoz Jove, colaboradora de tu portal AMHIGO.