Industria farmacéutica, de estigma a pilar estratégico
- Escrito por Mtra. Maribel Ramírez Coronel
- Publicado en Expertos

El sector farmacéutico en México vive un momento único que no puede desaprovechar. De estar en el extremo del estigma durante el sexenio pasado, ha pasado a ser ubicado como sector crucial, donde el gobierno prevé impulsar inversiones y empleos.
En el Plan México le otorga un rol protagónico. Nunca antes había sido incluida la industria farmacéutica que opera en el país en un plan de desarrollo económico donde se plantea colaboración público-privada para producir, por ejemplo, vacunas.
Eso aún no está bien dilucidado cómo le harán para concretarlo, pero a la industria le toca en parte responder.
También se ha mostrado una disposición de la industria para invertir ante las oportunidades de expansión en el mercado nacional, y hay un escenario enfocado en atraer mayores inversiones hacia la investigación médica.
Las inversiones farmacéuticas anunciadas en julio pasado en la conferencia presidencial suman más de 22,000 millones de pesos para 2025, pero el reto marcado en el Plan México es multiplicar esas cifras hacia 2030. Está por verse si se consigue, el punto es que por ahora los ojos están puestos en la industria; ya no pueden argumentar que el gobierno no les hace caso, porque hoy tienen total atención.
El secretario de Salud, David Kershenobich, se reúne con el sector cada vez que se lo piden, y se muestra alineado con la Secretaría de Economía, encabezada por Marcelo Ebrard, dependencia que por primera vez cuenta con un responsable específico de vinculación con el sector salud: el doctor Javier Dávila, director general de Planeación y Evaluación, quien conoce y entiende a la perfección las necesidades del sistema de salud.
Nos comentan que se está dando una coordinación conjunta, tampoco vista antes, entre el sector de producción nacional de medicamentos, incluyendo Amelaf y Anafam, así como Canifarma, e incluso el sector de innovación reunido en AMIIF.
En este escenario, está el plan de impulsar la investigación y desarrollo, donde Cofepris se tiene que desburocratizar y hacer más ágil —está en eso, pero aún le falta—, y donde AMIIF tiene un rol primordial. Si por años ha pedido condiciones para invertir más en ensayos clínicos, hoy se ven venir, y ya tendrá que ir explicando cómo lo harán. Aquí le toca actuar con todo a la AMIIF, y su presidente Julio Ordaz no puede más que rearmar bien la unidad de sus 32 miembros de consejo directivo, después de lo expuesta que quedó con la salida inesperada y precipitada de Larry Rubin. La directora ejecutiva encargada, Karla Báez, con larga trayectoria en el sector, tiene capacidad, talento y todo el apoyo como para que no tarden en reafirmarle oficialmente su posición. Es tiempo de mujeres y es oportuno que por primera vez una mujer médica encabece la AMIIF.
Escrito por: Maribel Ramírez Coronel.
maribel.coronelleconomista.mx