Dieta cetogénica, ayuno intermitente y restricción de tiempo de alimentación en la obesidad
- Escrito por Nut. Valeria Villanueva Mancilla
- Publicado en Nutrición y ejercicio

La obesidad constituye uno de los principales retos de salud pública a nivel mundial. Su prevalencia continúa en aumento y se asocia con un incremento significativo en la incidencia de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, cáncer y mortalidad prematura. Aunque la dieta mediterránea hipocalórica ha sido la recomendación estándar durante varias décadas, la limitada adherencia a largo plazo ha impulsado la búsqueda de estrategias alternativas de mayor eficacia en pacientes con un diagnostico claro o prevención.
En este contexto, un grupo de investigadores liderado por José I. Martínez Montero y colaboradores, de la Universidad de Málaga y el Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA), realizó un ensayo clínico aleatorizado recientemente publicado en la revista BMC Medicine (febrero 2025). El estudio comparó el efecto de cinco estrategias dietéticas sobre la pérdida de peso y la composición corporal en adultos con obesidad. Debido al interés científico por nuevos enfoques nutricionales estas estrategias han ido ganando terreno y algunas de ellas se han posicionado en la práctica de diversos profesionales de la Nutrición. La justificación, desde luego, es la necesidad de encontrar alternativas que resulten más efectivas y sostenibles que las dietas tradicionales simplemente hipocalóricas. Entre ellas destacan la dieta cetogénica, el ayuno en días alternos modificado y la restricción de tiempo de alimentación, cada una con características y fundamentos fisiológicos particulares que merecen ser comprendidos en detalle, por lo cual se revisan particularidades de cada una de ellas.
Nuevas alternativas de manejo nutricional en pacientes con obesidad.
Dieta cetogénica (DC, en inglés abreviado como KD-diet)
La dieta cetogénica se basa en una reducción drástica de la ingesta de carbohidratos (generalmente menos de 50 g al día), acompañada de un alto consumo de grasas y una ingesta moderada de proteínas. Este patrón induce un estado metabólico denominado cetosis, en el cual el cuerpo utiliza las grasas como fuente principal de energía y produce cuerpos cetónicos que actúan como combustible alternativo.
Más allá de la pérdida de peso, la DC ha mostrado capacidad de mejorar la sensibilidad a la insulina, reducir los niveles de triglicéridos y, en algunos casos, favorecer el control glucémico en pacientes con diabetes tipo 2. Sin embargo, se trata de una dieta restrictiva que puede requerir supervisión médica para garantizar un adecuado aporte de vitaminas, minerales y fibra, ya que si es débil en muchos de estos nutrientes y es imposible llevarla a largo plazo.
Dieta con ayuno modificado en días alternos (DAMDA; en inglés abreviado como mADF-diet)
El ayuno en días alternos modificado consiste en alternar un día de alimentación habitual con otro en el que se reduce drásticamente la ingesta calórica, permitiendo un consumo aproximado de 20 a 25% de las calorías habituales. Esta modalidad busca recrear de manera intermitente el efecto metabólico del ayuno, promoviendo períodos de baja insulina y mayor oxidación de grasas.
A diferencia del ayuno completo, la DAMDA resulta más tolerable para la mayoría de los pacientes, pues les permite mantener una pequeña ingesta en los días de restricción. Entre sus potenciales beneficios se incluyen la reducción de grasa visceral, la mejoría de la flexibilidad metabólica y un posible efecto protector sobre la masa muscular, siempre y cuando se acompañe de una adecuada ingesta proteica. Entre sus limitaciones destaca que algunos pacientes no aguantan ayunos prolongados y presentan hipoglucemia y además, inician con prácticas erráticas opuestas a los modelos educativos tradicionales que enfatizan la conveniencia de tener orden en los horarios de las comidas. De hecho, el desorden en los horarios es un hallazgo frecuente en pacientes con trastornos de la alimentación.
Dietas con tiempo restringido de ingesta (DTRI: en inglés TRE-diet)
La restricción de tiempo de ingesta alimentaria propone limitar la ventana de alimentación a un periodo diario específico, que suele estar entre 6 y 10 horas, permaneciendo en ayuno el resto del día. Este enfoque no define tanto qué se come, sino cuándo se come, lo cual, según sus promotores, lo convierte en una estrategia flexible y relativamente fácil de adoptar.
Existen dos variantes principales:
- DTRI temprana (en inglés abreviado como earlyTRE): concentra las comidas en las horas de la mañana y primeras horas de la tarde, buscando alinear la ingesta con los ritmos circadianos naturales del organismo, que presentan mayor sensibilidad a la insulina y mejor tolerancia a los nutrientes en las primeras horas del día.
- DTRI tardía (en inglés abreviada como lateTRE): retrasa la ventana de alimentación hacia la tarde o la noche, lo que puede resultar más conveniente para la vida social y laboral de los pacientes, aunque se ha sugerido que podría ser metabólicamente menos ventajosa que la modalidad temprana, ya que a lo largo del día hay mayor actividad física lo que demanda más alimento para poder sobrevivir las últimas horas.
La DTRI, en cualquiera de sus formas, suele conducir a una reducción espontánea de la ingesta calórica, ya que acorta el tiempo disponible para comer y elimina, en la mayoría de los casos, los famosos “picoteos” nocturnos. Sus beneficios incluyen una modesta pérdida de peso, mejoras en el control de la glucosa y efectos positivos sobre la presión arterial, sin necesidad de imponer restricciones estrictas en la selección de alimentos. La desventaja proincipal es la posibilidad de provocar hipoglucemia en algunos pacientes. Y desde luego, recordar que muchos de los pacientes con Obesidad, tienen el antecedente de omisión repetida o continua del desayuno o de la cena y a pesar de ello siguen con obesidad.
Dieta mediterranea (DietMed; en ingles abreviado como MedDiet):
Las DietMed se caracterizan por alto consumo de frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, aceite de oliva, pescado y frutos secos, con moderado consumo de vino tinto y baja ingesta de carnes rojas y alimentos ultraprocesados. En su aplicación para pacientes con obesidad, tradicionalmente se acompaña de restricción calórica para lograr una pérdida de peso.
Diseño del estudio:
El estudio clínico incluyó a 160 participantes con obesidad, definida como un indice de masa corporal entre 30 y 45 kg/m2; Todas las dietas trataron de emular una dieta tradicional para hombres que aporta 1800 Kcal/d y para mujeres de 1400 Kcal/. Los participantes fueron distribuidos al azar en los siguientes cinco grupos:
- Grupo 1: Dieta mediterránea (DietMed o MedDiet): restringida en calorías (45 % de calorías provenientes de carbohidratos, 20 % de proteínas y 35 % de grasas, con un déficit energético de 600 kcal/día, 3 comidas principales distribuidas en 24 h: desayuno, almuerzo y cena), y se les indicó que consumieran una dieta principalmente vegetal (frutas, verduras, legumbres, frutos secos, cereales integrales), aceite de oliva como principal fuente de grasa, consumo moderado de pescado, mariscos, aves, huevos y un bajo consumo de carnes rojas y procesadas.
- Grupo 2: Dieta cetogénica (DC o KD): restringida en calorías consistió en una dieta muy baja en carbohidratos y alta en grasas (5 % de calorías provenientes de carbohidratos, 30 % de proteínas y 65 % de grasas, con un déficit energético de 600 kcal/día, 3 comidas distribuidas en 24 h: desayuno, almuerzo y cena). Esta intervención se realizó sin restricciones de horario y con el apoyo de comidas comerciales de reemplazo solo para la primera comida (100 kcal, 15 g de proteína, 3 g de grasa, de la cual 1 g era grasa saturada, y 50 mg de ácido docosahexaenoico, 2 g de carbohidratos, de los cuales < 1 g eran azúcares simples).
- Grupo 3: Dieta con Ayuno modificado en días alternos (DAMDA o mADF): alternó entre 24 h de ingesta normocalórica (45 % de calorías provenientes de carbohidratos, 20 % de proteínas y 35 % de grasas, 3 comidas distribuidas en 24 h: desayuno, almuerzo y cena; 4 días a la semana) y un ayuno modificado de 24 h (25-30 % de los requerimientos energéticos totales, 400-800 kcal/día, 3 días a la semana), este último proporcionado por comidas comerciales de reemplazo (5 % de calorías provenientes de carbohidratos, 30 % de proteínas y 65 % de grasas, 3 comidas de reemplazo distribuidas en 24 h: desayuno, almuerzo y cena). Para asegurar que mADF fuera isocalórico con las otras dietas, se realizó un ligero aumento en la ingesta calórica en los días sin ayuno cuando fue necesario.
- Dietas con tiempo restringido de ingesta de alimentación (DTRI, en inglés TRE): implica limitar el periodo diario de ingesta de alimentos a un intervalo de 6–10 horas, permaneciendo en ayuno el resto del día. Se diferencia en dos modalidades
- Grupo 4: Dieta DTRI temprana (en inglés early TRE): se caracterizó por una ventana de alimentación de 8 h entre las 8 a. m. y las 4 p. m., donde se instruyó a los participantes para que consumieran alimentos en 3 comidas (desayuno, merienda y almuerzo, 45 % de calorías provenientes de carbohidratos, 20 % de proteínas y 35 % de grasas, con un déficit energético de 600 kcal/día).
- Grupo 5: Dieta DTRI tardía (en inglés late TRE): presentó una ventana de alimentación de 8 h entre las 2 p. m. y las 10 p. m. (almuerzo, merienda y cena, 45 % de calorías provenientes de carbohidratos, 20 % de proteínas y 35 % de grasas, con un déficit energético de 600 kcal/día). Se permitió la ingesta de agua y bebidas sin calorías (p. ej., té o café) durante los períodos de ayuno.
Estas estrategias no solo buscan inducir pérdida de peso, sino también mejorar la sensibilidad a la insulina, modular los ritmos circadianos y favorecer la salud cardiometabólica.
El periodo de intervención fue de 12 semanas y se evaluaron cambios como: peso corporal, índice de masa corporal, composición corporal y parámetros cardiometabólicos.
Resultados principales del estudio:
Las condiciones basales de los grupos eran comparables de acuerdo al siguiente cuadro:
Al término de las 12 semanas de intervención, todos los grupos lograron una pérdida de peso significativa, lo que confirma que cada una de las estrategias dietéticas puede ser útil en el tratamiento de la obesidad. Sin embargo, al analizar las magnitudes, se evidenciaron diferencias muy notables entre cada una de ellas.
La dieta cetogénica (KD) obtuvo la reducción ponderal más marcada, con un descenso promedio de -11.9 kg, seguida muy de cerca por el ayuno en días alternos modificado (mADF) con –11.8 kg. Ambas estrategias demostraron una eficacia superior frente a la dieta mediterránea hipocalórica (MedDiet), la cual alcanzó una pérdida media de –8.4 kg.
El grupo bajo restricción de tiempo de alimentación tardía (lTRE) también mostró resultados favorables, con una disminución de –10.6 kg, superando a la MedDiet en –2.27 kg de diferencia estadísticamente significativa. En contraste, la variante de restricción temprana (eTRE) alcanzó una pérdida más modesta (–9.4 kg), que aunque superior a la del grupo control, no logró diferencias significativas frente a la MedDiet.
En el análisis comparativo directo, los mayores beneficios se observaron con la KD y el mADF, cuyas pérdidas adicionales respecto a la MedDiet fueron de –3.78 kg y –3.14 kg, respectivamente. Estos hallazgos sugieren que, en el corto plazo, tanto la cetosis nutricional como los ciclos de ayuno alterno podrían conferir una ventaja metabólica adicional sobre la simple restricción calórica tradicional.
- KD: –11.9 kg
- mADF: –11.8 kg
- lTRE: –10.6 kg
- eTRE: –9.4 kg
- MedDiet: –8.4 kg
En cuanto a la composición corporal, tanto el mADF como la eTRE destacaron por lograr una mayor reducción de la masa grasa en comparación con la MedDiet, lo cual es clínicamente relevante dado que la disminución de tejido adiposo visceral se asocia a un menor riesgo cardiometabólico.
No obstante, cuando se evaluaron parámetros bioquímicos y clínicos —incluyendo perfil de lípidos, glucemia en ayunas y presión arterial, no se observaron diferencias estadísticamente significativas entre los grupos tras el periodo de seguimiento.
Estos resultados ponen de manifiesto que, aunque las estrategias emergentes como la KD, el mADF y la TRE tardía logran la disminución de peso superiores a la dieta mediterránea en un periodo de tres meses, su impacto en la salud cardiometabólica aún parece comparable en el corto plazo. Esto abre la puerta a futuras investigaciones que evalúen si estas diferencias en pérdida de peso se traducen en beneficios clínicos sostenidos a largo plazo.
Discusión e implicaciones clínicas actuales:
Estos resultados sugieren que intervenciones como la dieta cetogénica y el ayuno en días alternos pueden alcanzar reducciones de peso más pronunciadas que la dieta mediterránea clásica en el corto plazo.
Las estrategias basadas en restricción de tiempo muestran resultados prometedores, aunque con variabilidad según el horario de ingesta, ya sea en la mañana o por la tarde.
No obstante, los autores destacan la necesidad de evaluar que tan sostenibles es a largo plazo y la seguridad para los pacientes, así como el impacto sobre desenlaces clínicos serios y la adherencia real en condiciones de vida cotidiana.
Conclusiones de los autores:
- El presente estudio confirma que la dieta cetogénica, el ayuno intermitente en días alternos modificado (mADF) y la restricción de tiempo de alimentación tardía (lTRE) representan estrategias eficaces a corto plazo para la reducción de peso en adultos con obesidad.
- Todas ellas demostraron superioridad frente a la dieta mediterránea tradicional en términos de pérdida ponderal en un periodo de 12 semanas, aunque sin diferencias sustanciales en parámetros cardiometabólicos en este mismo intervalo.
- Estos resultados subrayan la importancia de individualizar el abordaje dietético, seleccionando la estrategia más adecuada de acuerdo con el perfil metabólico, los hábitos de vida y, sobre todo, las preferencias de cada paciente, con el fin de favorecer la adherencia y la sostenibilidad en el tiempo.
- En este sentido, se hace indispensable la supervisión médica y nutricional continua, no solo para monitorear la eficacia en la reducción de peso, sino también para prevenir posibles efectos adversos y asegurar un adecuado aporte de nutrientes esenciales.
El Dr. Jorge Luis Poo, Hepatólogo Clínico de la Ciudad de México considera que este ensayo clínico permite identificar los alcances de diversas opciones terapéuticas nutricionales, en un grupo de pacientes apegados a un protocolo estricto de manejo. Esto, no necesariamente refleja lo que puede ocurrir en la práctica clínica cotidiana donde los apegos y desapegos de los pacientes son frecuentes. Mis observaciones, más practicas se refieren a la reducción de 600 calorías por día en los 5 regímenes nutricionales evaluados; esa cantidad de calorías si que es abundante y si contamos con pacientes participantes aplicados lo más esperado es que si bajen de peso, pero con cualquier tipo de dieta. En este ensayo clínico, las reducciones más significativas se observaron en la dieta cetogénica y en las modalidades de dieta con tiempo restringido de ingesta. Sin embargo, desconocemos cual sería el verdadero impacto de estas dietas en pacientes con enfermedades crónicas concomitantes (diabetes descompensada, diabetes que requiere insulina, cirrosis hepática, hipertensión con insuficiencia cardiaca, diabetes con insuficiencia renal, por ejemplo) y que forman parte de la consulta clínica habitual del profesional de la nutrición clínica. Otro aspecto importante en una dieta, más allá de la reducción de peso corporal, de la masa grasa y de la preservación del músculo, también interesa el impacto en parámetros bioquímicos de interés pronóstico (glucosa, hemoblobina glucosilada, colesterol total, coleterol LDL, colesterol HDL, triglicéridos) a mediano y a largo plazo, lo cual permite en algunos pacientes reducir las dosis de algunos medicamentos antidiabéticos, hipolipemiantes y antihipertensivos. Finalmente, preocupa el tema del ayuno prolongado en algunas de las opciones evaluadas, ya que una proporción significativa de pacientes no lo toleran o bien pueden complicarse con episodios de hipoglucemia sintomática. No debemos olvidar que la terapia de cualquier enfermedad crónica debe ser multidisciplinaria e incluir a la dieta, el ejercicio y la terapia de la mente como pilares del éxito a largo plazo.
Resumió artículo de divulgación:
Lic. Nut. Valeria Villanueva Mancilla
“Alimentación consciente”
Nutrición Clínica, Maestría en Trastornos de la Conducta Alimentaria y Psicología
Cédula Profesional: 13783038
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Referencias:
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- Meng, , Bai, H., Wang, S., Li, Z., & Wang, Q. (2023). Ketogenic diets and very low carbohydrate diets on weight, body composition, and metabolic risk factors in adults with overweight or obesity: A systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials. Obesity Reviews, 24(4), e13584.
- Roman, Y. M., Dominguez, M. C., Easow, T. M., Pasupuleti, V., White, C. M., & Hernandez, A. V. (2023). Comparative efficacy of intermittent fasting and calorie restriction on weight loss and cardiometabolic outcomes: A systematic review and network meta-analysis. Obesity Reviews, 24(7),