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El hígado de Prometeo y la regeneración hepática

De acuerdo con la mitología más aceptada, Prometeo era hijo de Jápeto y la oceánide Asia o de la también oceánide Clímene. Era hermano de Atlas, Epimeteo y Menecio, a los que superaba en astucia y engaños. No tenía miedo a ninguno de los dioses, y ridiculizó a Zeus y a su poca perspicacia. Sin embargo, Esquilo afirmaba en su Prometeo encadenado que era hijo de Gea o Temis. Según una versión minoritaria, el gigante Eurimedonte violó a Hera cuando esta era una niña y engendró a Prometeo, lo que causó la furia de Zeus.

Cuando el padre de los dioses capturó a Prometeo por haber llevado el fuego a los hombres, encadenó su cuerpo a una roca y mandó que un águila se comiera su hígado. Pero el hígado de Prometeo se regeneraba todas las noches. Con ello, el águila seguía teniendo comida todos los días. Por muy fantástica que sea esta historia, algo de cierto tiene. Sobre todo atendiendo al hígado, órgano que se encuentra en la parte superior derecha del abdomen y que tiene la particularidad de regenerarse a sí mismo. Hace unos años, según un estudio dirigido por el profesor de medicina Steven Artandi para la Universidad de Stanford, se descubrió que la regeneración del hígado es causa de la expresión de una enzima; la telomerasa.

Con esto, la telomerasa se convierte en responsable de la eterna juventud del hígado, ya que su actividad mantiene la estructura de los cromosomas intacta en cada división celular, evitando que se acorten sus extremos. Esto sucede en condiciones normales, pero también cuando el hígado está dañado por enfermedad. Llegados aquí, podemos asegurar que la regeneración del hígado de Prometeo no se debió a la naturaleza titánica, sino a su elevada telomerasa. La ciencia siempre viene a despejar las incógnitas mitológicas.

Las células madre hepáticas que expresan altos niveles de telomerasa, una proteína a menudo asociada con la resistencia al envejecimiento, actúan en ratones para regenerar el órgano durante el recambio celular normal o daño tisular,

El hígado es único entre los órganos en su capacidad para regenerarse completamente desde tan solo el 25 por ciento de su masa original. El alcoholismo crónico o la infección de hepatitis pueden causar ciclos de daño y renovación que provocan cicatrices irreversibles que afectan a la función del órgano. Pero se sabe relativamente poco sobre cómo se regenera el órgano, o qué células podrían ser responsables de los cánceres.

 

Referencia

Artandi, S. E. (2006). Telomeres, telomerase, and human disease. New England Journal of Medicine, 355(12), 1195-1197.

https://elpais.com/elpais/2019/09/10/ciencia/1568109783_110442.html

rtículo de Divulgación revisado y adaptado por el Dr. Jorge Luis Poo, Hepatólogo Clínico, miembro del Comité Editorial de tu portal AMHIGO y fundador del Grupo Mexicano para el Estudio de las Enfermedades Hepáticas

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