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viernes, 19 abril 2024
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Incremento en hígados no aprovechados para trasplante

  • Escrito por Comite editorial AMHIGO
  • Publicado en Trasplante

 

-¿Es realmente un indicador bueno esto?-

El número de donantes de hígado desperdiciados en Estados Unidos se ha incrementado desde 2004, debido en parte, al envejecimiento de la población y a su diferente constitución física que lo ha convertido en una población “más pesada”, de acuerdo a un nuevo estudio que señala los cambios en la práctica médica que han convertido más hígados donados en menos viables para su uso.

 

El número de donantes de hígado desperdiciados en Estados Unidos se ha incrementado desde 2004, debido en parte, al envejecimiento de la población y a su diferente constitución física que lo ha convertido en una población “más pesada”, de acuerdo a un nuevo estudio que señala los cambios en la práctica médica que han convertido más hígados donados en menos viables para su uso.

“Las razones para esta interrogante surgen en primer lugar por la disminución en el número de trasplantes de hígado hechos en Estados Unidos”, comentó el Dr. Eric Orman de la Universidad Chapel Hill de Carolina del Norte, Estados Unidos.

Para identificar los factores que puedan explicar esta tendencia, el Dr. Orman y sus colegas usaron la información disponible desde 1987 para observar la cantidad de hígados de donantes de al menos un órgano que fueron descartados y el porqué.


Al principio, encontraron que la proporción de hígados no usados cayó drásticamente, de 66% en 1988 a un 15% en 2004. Después de esto sin embargo, el porcentaje de hígados no usados aumentó de nueva cuenta, llegando a un 21% en 2010.

Los investigadores analizaron, entre 1988 y 2010, alrededor de 107,000 casos de personas que donaron sus hígados. El número de hígados no usados había disminuido de 1958 casos en 1988 (66% de donadores) a 841 casos en 2004 (tan solo 15% de los donadores). Luego, se incrementó gradualmente a 1345 casos en el año 2010 (21% del total de donadores para ese año).

Los investigadores creen que los órganos de los donadores más añosos, más pesados y más enfermos, fueron la mayor proporción de los hígados descartados entre 2004 y 2010. “Esto no fue ninguna sorpresa debido a que muchos de los donadores era más probable que tuvieran hígados grasos” comentó el Dr. Orman. Además, la proporción de donadores más añosos se incrementó durante el periodo estudiado.

 

Entre 1988 y 2010, el promedio de la edad de los donadores aumentó casi 10 años, y la proporción de los donadores mayores de 50 años creció del 16% al 38%. La proporción de los obesos aumentó del 15% en 1995 a un 30% en 2010. También, los donantes con diabetes y presión arterial alta crecieron del 3% en 1995 a un 23% en 2010.

Estos resultados sugieren que el envejecimiento y el incremento de la obesidad disminuyeron la calidad de los hígados procurados, y por lo tanto el porcentaje de órganos sin usar. Encontraron también que el número de hígados donados posteriores a muerte cardíaca aumentó durante el periodo de tiempo estudiado, y éstos mismos era más probable que no fueran usados (25% de los no usados en 2010 comparados con el 1% en 1995); esto es debido al peor pronóstico de los pacientes trasplantados de un donador por muerte cardíaca contra los donadores por muerte cerebral.


No obstante, las razones por el rechazo de los posibles hígados donados no han sido muy claras. De acuerdo al Dr. David Reich de la Universidad Drexel y Hahnemann en Filadelfia, Estados Unidos, la explicación es que los órganos donados son de pacientes más viejos, más enfermos y más obesos, y no tanto que el donador sea es por muerte cerebral o cardíaca.

Mientras tanto, es necesario fomentar la prevención de las enfermedades del hígado para evitar llegar a los trasplantes como único tratamiento.

Fuente:
1. Seaman, A. Study Finds Increase in Unused Transplant Livers. Reuters Health Information. 2013.
2. Orman, E. S., Barritt, A. S., Wheeler, S. B. and Hayashi, P. H., Declining liver utilization for transplantation in the United States and the impact of donation after cardiac death. Liver Transpl, 2103;19: 59–68.